Lazos De Sangre (Kimetsu No Yaiba) (Fanfic)

Nace un cazador

Después de haber terminado el duro entrenamiento Takeo se tomo un baño para poder estar mas cómodo porque al amanecer tendrá que irse a la selección final y sobrevivir por 7 días a la dura prueba, se vio por un momento en el espejo mientras se cepillaba ya su larga cabellera.  Se dio cuenta cuanto cambio durante los dos años, ya era un joven de 13 años, había crecido bastante - Creo que ya estoy a la misma altura de Tanjiro o un poco mas alto - una ligera risa salió de sus labios - Es verdad que los hermanos menores al final son mas grandes y fuertes que los mayores - se comento el mismo . Decidió conservar su largo cabello amarrándolo en una cola baja y ajustando bien su amarre para que este no se suelte durante su batalla.

Al salir del cuarto de baño y dirigirse al comedor donde lo esperaba su maestro muchos alimentos estaban en la mesa, percibió el rico aroma de cada uno  - ¿Por qué tanta comida hoy señor Urokodaki? - le pregunto el azabache tomando asiento - Es para celebrar que completaste tu entrenamiento, come todo lo que quieras igual necesitaras bastante energía para mañana - hablo con su tono de frialdad pero el menor logro captar un poco de alegría en sus palabras - ¡Muchísimas gracias! - respondió con su característico tono alegre y procedió a comenzar a comer un tazón de arroz, la pequeña nostalgia de su hogar le llego por la comida caliente.

De vez en cuando volteaba al cuarto donde descansaba su hermano, sabia que tendría que quedarse aquí con su maestro, por un lado no le deja de matar los pensamientos de que quizás muera mientras duerme en lo que esta afuera.  No estaría para pasar un poco de tiempo con el o para mínimo despedirse, pero tenia que desechar esos pensamientos. Va a volver de la selección final, es una promesa que el mismo se hizo en estos momentos. Cuando ya por fin logre convertirse en un cazador lo mas importante en su mente es conseguir una cura para su hermano, a pesar de haber perdido a su madre hermanas y hermano aun le quedaba Tanjiro, el necesita de el y Tanjiro de el.

Como siempre le decía su hermano cuando eran mas jóvenes "Al ser los hijos mayores su labor era cuidar y proteger a su familia" y eso es lo que hará hasta el final de sus días.

Al terminar ya sus alimentos decidió ayudar a Urokodaki a limpiar los tazones y platos - ¿Te gusto la cena? - le pregunto para romper el silencio - Estaba todo muy delicioso.  ¿Por qué la pregunta? - cuestiono Takeo - La comida ayuda a que tengas mucha energía, lo mismo pasa con los demonios, mientras mas humanos devoren ellos mas fuertes se hacen.  Ten en cuenta este detalle - le comento su maestro - Lo tendré muy en cuenta señor Urokodaki - respondió ya terminando de lavar el ultimo tazón.

Cuando volteo a ver al mayor este vio como de un cajón sacaba una peculiar mascara , el enmascarado se acerco al menor entregándole el objeto - ¿Una mascara? - pregunto confundido - No es solo una mascara, es una mascara protectora.  La encante para que te cuidara de todo mal - le comento el mayor.  Takeo al verla mejor se percato que era parecida a la que tenían Sabito y Makomo, una curiosa mascara de zorro, a diferencia de la de Sabito que tenia su cicatriz y la de Makomo un detalle de flores se fijo que le había puesto el lunar que tenia arriba de la mejilla.  Sonrió al ver que a pesar de ser un pequeño detalle significo mucho para el.

Se despidio de Urokodaki dándole las buenas noches y decidió pasar quizás la ultima noche con su hermano, acerco su futón al lado de el y como en los viejos tiempos le deseo buenas noches y se durmió a su lado.  A la mañana siguiente el azabache se levanto muy temprano para salir lo antes posible, se fue  a otro cuarto a cambiarse con el uniforme que le dejo su maestro para el día, un ahori con azul con detalles de nubes, igual al de Urokodaki, tomo la mascara protectora y se la puso a un lado de la cabeza sujetándola con el nudo.  Antes de salir de la casa se acerco a su hermano agachándose  - Tanjiro, hermano, te prometo que volvere sano y salvo.  Espérame aquí y no le causes tantos problemas al maestro - comento lo ultimo en tono de burla y se despidió no sin antes darle un pequeño beso en la frente y un abrazo, los mismos que el mayor le daba mucho antes.