Capítulo 08.

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Un año ha transcurrido desde su partida a la guerra

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Un año ha transcurrido desde su partida a la guerra.

Continuar adelante con mi vida es difícil, siento que han arrancada mí una parte importante para el funcionamiento del cuerpo. He tratado, sinceramente, de mantener mi mente ocupada y no pensar todo el tiempo en el regreso de HeeSeung, pero es imposible.

Una inesperada noticia es que, mi padre conoció a una preciosa mujer, entre sus cincuenta años, llamada Eunbi, y al parecer tiene intenciones de convertirla en su esposa. A pesar de todo, me alegro en gran manera por él, pienso que luego de tanto sufrimiento ya era hora de encontrar nuevamente el amor, aunque no sea en las mejores circunstancias. He aprendido a perdonarlo, al igual que él aceptar mis sentimientos por HeeSeung.

Cumplí la mayoría de edad...encerrada entre las paredes del sótano de mi casa, debido a una alerta de ataque de fuerzas armadas, que al final resultó siendo falsa. Las situaciones con el país parecen empeorar cada vez más.

En cuanto a HeeSeung: mensualmente recibimos una carta con su caligrafía, a veces vienen simples objetos con ella, asegurándonos que sigue con vida.

Pero, al contrario de otras veces, es finales de octubre y el señor de la correspondencia tarda en llegar a la granja.

Es tarde en la noche cuando, desde la habitación de invitados, escucho toques en la puerta. Frunzo el ceño, confundida, dejando el papel y bolígrafos que usaba sobre la cama.

¿Quién es a esta hora?

Amarro bien la bata de dormir a mi cintura y salgo, en espera de la señora Lee. Pero, al ver que demora, me dispongo a abrir la puerta.

Es el oficial del pueblo.

Él se muestra sorprendido, o incluso perturbado, ante mi presencia en la casa.

—Buenas noches, señorita SuMin.

Acepto el saludo, estrechando nuestras manos. Su anillo de casado chocando contra el mío.

Los señores Lee se acercan lentamente.

—Buenas noches, oficial Jung—Saluda la madre de HeeSeung, posicionado sus manos en mis hombros—¿ A qué se debe su visita?.

Estoy atemorizada. Un extraño escalofrió recorre mi cuerpo, causándome un fuerte nudo en el estómago sin razón. No parece un buen presagio.

—No me gustaría  ser quien les diga esto, pero es mi obligación como el guardián del pueblo. Lamento si los he despertado, no ha sido mi intención—se aclara la garganta—Me duele profundamente darles la noticia...

—Espere. ¿A qué se refiere?—Pregunto, sintiendo de pronto más frio de lo normal.

Él traga en seco, sacando un papel de los bolsillos traseros de su pantalón.

—Ayer por la tarde llegó esta carta a mi oficina, es del batallón de su hijo—la extiende hacia nosotros—HeeSeung murió el lunes por la mañana a manos de soldados norcoreanos.

Nos quedamos pasmados. Son segundos, quizás minutos, donde nadie dice nada.

De repente, un aterrador grito sale de la boca de la señora Lee, la cual es rescatada en los brazos de su esposo. Ella solloza mientras repite  el nombre de su hijo una y otra vez.

Yo permanezco en la misma posición, sin saber  cómo reaccionar. Mi cuerpo se encuentra tenso. El oficial me abraza, y es allí donde me permito llorar con fuerza, tumbándome en el suelo.

No. No puede ser. Deben estar equivocados.

Nos íbamos a casar, él lo prometió. Incluso ahorraba para nuestra casa. Formaríamos una familia. Moriríamos ancianos.

¿Qué pasa con nuestras promesas?¿qué será de mi vida? Nunca me preparé para algo así.

—¡Por favor, díganme que es mentira!.

Pero no. Es real.

HeeSeung regresará a casa...sin vida, con su cuerpo en un ataúd.

—Anne👻





𝐀 𝐋𝐈𝐅𝐄 𝐓𝐎 𝐑𝐄𝐌𝐄𝐌𝐁𝐄𝐑 [Lee HeeSeung] ✔Where stories live. Discover now