Capitulo 7

456 44 9
                                    

¿Cómo estará mamá?’

La duda constantemente se hacía presente en su pensar desde el día en que no la volvió a ver.

Tal vez las luces bajas de la calle nocturna y la música suave en sus audífonos fueron los causantes de no haberse dado cuenta cuándo lo seguían, hasta el momento en que todo se volvió obscuro después de que un paño húmedo cubrió su olfato con un aroma dulzón.

Su visión seguía completamente obscurecida cuándo despertó, ya que sus ojos permanecía cubiertos con una tela negra que no permitía el paso de la luz. En esa ceguera involuntaria percibió como otros cuerpos permanecían sentados muy cerca de él, al igual que el calor de todos en conjunto, convertía el ambiente cálido en una sensación pegajosa.

— Pobres de los cerdos, así deben vivir todos los días de su vida. – Habló una voz irreconocible para él.

Tras eso, un par de carcajadas se hicieron presentes en la sala y otra voz masculina habló.

— Ni idea, yo no soy uno. –

— Pues con lo que has subido de peso, no te falta mucho para averiguarlo. – Respondió una tercera voz, acompañando el comentario con una carcajada que fue secundada por sus compañeros.

— En lugar de decir estupideces, pónganse a contar cuánta mercancía tenemos. – Reprendió la segunda voz que seguía presente en la conversación.

“Uno, dos, tres...” Escuchaba los susurros de las voces que comenzaron a contarlos cuándo de la nada, la sensación fría del aire fue percibida por su rostro cuándo alguno de los hombres encargado de contarlos, se detuvo a removerle el cabello de la frente.

— Que asco. – Se quejó la voz. — ¿Quién fue el idiota que trajo a este? Las cicatrices hacen que se vea repugnante, nadie lo va a querer. –

— No sé quién haya sido, pero a nosotros nos pidieron personas, no supermodelos. –

— Para algo ha de servir... – Concluyó el mismo quejumbroso que había interrumpido el conteo solamente por morbo.

“... Cuatro, cinco, seis, siete, ocho...”

¿Cómo estará mamá? Ojalá bien, ojalá que no me extrañe mucho... Al menos no tanto como yo a ella.’ Pensó.

— Por una cosa buena que sucede, otras veinte horribles vienen detrás

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Por una cosa buena que sucede, otras veinte horribles vienen detrás. –

Tal vez fue el momento de tanto gozo que lo confundió y lo hizo olvidar como el mundo funcionaba... Al menos como lo hacía con él.

— ¿Dijo algo? No logré entenderle. –

— No fue nada, Geto. – Hizo una pausa. — ¿Has encontrado algo? –

— Nada, señor. He buscado en los registros y no encuentro indicios de quién fue el que pudo haber filtrado la información al periódico o alguien más. –

Armas (Goyuu) (Sukufushi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora