9. No me mientas

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-Dale Valen, devolveme las sábanas -dijo Dani con voz ronca, metiéndole un empujón y jalando las sábanas hacia su lado.

-Quédate quieto amor -dijo Valentín abrazándolo y cubriéndolo con las sábanas.

Cuando Daniel sintió a Valentín abrazarlo, dejó de quejarse. Valentín se acomodó en el cuello de Daniel, respirando ahí y cuando el menor se removió, comenzó a dejar pequeños besos. Daniel suspiraba de vez en cuando, cosa que le fascinaba a Valentín.

-Valen, pará -dijo cuando sintió que el mayor le hizo un chupón -. Sabés que si me besas el cuello no soy responsable de lo que pase después.

Valentín hizo caso omiso a lo que Dani dijo, y continuó haciendo pequeños chupones. Daniel ya podía sentir la calentura, Valentín se pegó más a su cuerpo y pudo sentir su leve erección. Daniel decidió mover un poco su trasero y Valentín habló en su cuello.

-Sigue moviéndote, pero no podemos tener sexo a las dos de la mañana. Despertaríamos a todo el mundo -dijo tratando de contener un suspiro.

A Daniel no le importó. Movió su trasero con más intensidad, y Valentín gimió en su oído.

-Podemos hacer otra cosa, sólo si prometes no hacer ruido -dijo Dani dándose vuelta y quedando de cara con Valentín.

Valentín asintió y Daniel se levantó a cerrar la puerta con llave, y de paso las cortinas. Para la suerte de estos dos, la habitación de los padres de Valentín quedaba al otro lado del pasillo, y con Manuel no había problema porque a veces, por no decir decir que siempre, se dormía con la música puesta. Daniel puso algo de música en su celular para destensar el ambiente, y se sentó encima de Valentín. Las manos del mayor viajaban por los muslos de Dani. Le sacó la remera y vio sus costillas, ya no tenía los gorditos que tanto le gustaban. Ya no tenía de donde agarrarlo. Dejó de mirarlo y le tomó la cara con fuerza y lo besó. Daniel comenzó a besar el pecho de Valentín, bajando cada vez más hasta llegar a su marcado abdomen. Succionó la piel pálida de Valentín, y posó una mano en el elástico del calzoncillo.

-Puedo? -dijo Daniel con malicia.

Era imposible negar que ambos estaban nerviosos, no era la primera vez que se veían desnudos. Antes habían experimentado con sexo oral, pero nada más. Valentín le subió el volumen a la música, y en un movimiento rápido dejó a Daniel debajo suyo en el borde de la cama. Bajó el calzoncillo de Dani acariciando su piel, tocó su pija y volvió a besarlo. Daniel sintió miles de sensaciones recorriendo su cuerpo. Enredó sus dedos en el cabello de Valentín y se dejó llevar. Valentín bajó su boca a la pija de Dani, y comenzó a pasar su mano antes de metersela en la boca. Ribba se deshacía en cortos gemidos, entre ellos, el nombre de Valentín. Valentín parecía querer succionarle la vida a través del miembro del otro. Daniel sujetaba la cabeza de Valentín como para no sentirse en las nubes. Luego de unos minutos, Dani se corrió en la boca de Valentín. Soltó su cabello y se dio cuenta de que Oliva se estaba masturbando. Acarició su cabello y Valentín apoyó su frente en la rodilla de Dani.

-Te gustó? -le preguntó Oliva cuando terminó de correrse.

Daniel asintió tímidamente. Valentín se subió a la cama y volvió a besarlo, era demasiado adictivo. En esos momentos, tocaron la puerta y ambos se miraron preocupados. Valentín se subió el calzoncillo y fue a abrir.

-Le podés bajar un poquito a la música? -dijo Manuel.

-Eh, sí, sí ya voy -Valentín le hizo una seña a Daniel, quien quitó la música.

-Ojo con andar haciendo cositas raras con tu novio, Valen -Oliva se quedó frío y aturdido -. Igual tranqui, que no le digo nada a mis viejos.

-Gracias capo, te debo una.

ᴠɪᴅᴀ; ᴡᴏꜱᴀɴɪ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora