1. Sentimiento de soledad

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Daniel se encontraba recostado en la silla de la habitación del hospital, mientras su madre yacía acostada en una camilla, a escasos minutos de morirse.

-Dani vení, sentate acá -la mujer le señaló el borde de la camilla y Daniel se puso de pie y se sentó ahí, tocándole suavemente el brazo a su madre -. Cuando yo me muera, te vas a quedar con la casa, y con todos mis ahorros.

-No los necesito, yo te necesito a vos, no te mueras.

-Dani, es hora de irme, ya estuve mucho tiempo en este mundo y ahora tengo que dejarlo. Sos un buen muchacho, te amo -soltó un quejido que ocasionó que la muerte comenzara a tomarla de la mano y a llevársela al más allá.

-No mamá, no te vayas, no me dejes solo -Daniel estaba desesperado viendo como su madre se apagaba en frente suyo.

-Cuidate Dani, te dejo la casa y los ahorros, quedatelos que te sirven para algo.

-No los necesito mamá, yo te necesito a vos.

La mujer que estaba en la camilla del hospital se apagaba poco a poco. Daniel quería morirse o irse con ella, no quería soltarla.

-Mamá, no te vayas, te lo ruego.

-Sos un buen hijo, te amo -dijo la mujer, antes de soltar un quejido ahogado, y en sus ojos apareciera un brillo que desde hace muchos años no se veía debido al maltrato que ella sufría, y entonces, el brillo en sus ojos se apagó. La máquina a la que ella estaba conectada empezó a sonar, y entraron los médicos y las enfermeras corriendo. Daniel se apartó para darles espacio mientras miles de lágrimas caían por sus ojos y se perdían en sus mejillas.

-Uno, dos, tres, uno, dos, tres -los médicos intentaban reanimar a la mujer que estaba muriéndose, pero sus esfuerzos eran en vano. Perdían su pulso con cada segundo que pasaba. Hasta que la mujer murió, su pulso se perdió y el oxígeno dejó de llegarle a sus pulmones. Dani se acercó y comenzó a llorar.

-Siento mucho tu pérdida, Dani -le dijo uno de los médicos que iba de salida de la habitación a Dani, quien lloraba desconsoladamente y se aferrada al cuerpo sin vida de su madre.

-Perdoname mamá, por todas las veces que te traté mal, perdoname por todo lo que hice mal y no pude remediar -la voz de Daniel estaba temblorosa, mientras lloraba viendo a su madre muerta.

****

Dani se despertó bruscamente, con su respiración agitada y las gotas de sudor recorriendo su cara.

"Sólo fue un sueño, sólo eso"

Se recostó en la silla en la que se había quedado dormido, sintiendo como el alma le volvía al cuerpo luego de ver que ella estaba viva. Volteó a ver su madre, quien dormía plácidamente en la camilla del hospital y salió de la habitación para dejarla descansar. Hacía más de un año que le habían diagnosticado cáncer de seno, que debido a su avanzada y rápida evolución se la llevó en cuestión de meses, y ahora estaba a días de su muerte. Dani no quería perderla.

Sacó su celular de su bolsillo, viendo notificaciones y mensajes de sus amigos. Justo en ese momento entró una llamada proveniente de Valentín, la cual lo animó un poco. Valentín estimaba mucho a la mamá de Dani, prácticamente era su segunda madre.

-Que onda, cómo estás? -preguntó Valentín del otro lado de la línea.

-Mal, y vos?

-Bien. Y que hacés? Estás en el hospital?

-Sí, por qué lo preguntas?

-Es que estoy cerca, y quería pasar a verte, hace mucho que no nos vemos y de paso a saludar a tu vieja.

ᴠɪᴅᴀ; ᴡᴏꜱᴀɴɪ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora