12. Amapola.

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"En tiempos de duelo y dolor, te sostendré y te meceré. Te quitaré el dolor y lo haré mío. Cuando llores, lloraré. Cuando te duela, me dolerá." Nicholas Sparks.

Dentro de la casa Park el silencio y la calma se respiraban en el aire, en aquel ambiente de paz una cansada Willow dormía plácidamente en la privacidad de su alcoba completamente desnuda entre los brazos de cierta peli rosa la cual solo contemplaba el durmiente rostro de su bella novia, y como no hacerlo después de haberse entregada la una a la otra en cuerpo y alma, en un apasionado momento de placer en el que se abrazaron mientras se susurraban cosas al oído que solo los amanten verdaderamente enamorados se atrevían a pronunciar; Boscha no había pegado el ojo no porque no estuviera exhausta ya que si lo estaba, era porque no podía dejar de ver a Willow para la peli rosa todo en aquel cuadro era perfecto, si existiera un hechizo para congelar el tiempo Boscha no dudaría en congelarlo en aquel preciso instante. Willow realizaba suaves movimientos que anunciaban su despertar soltó un tierno bostezo y abrió de a poco los ojos.

- Hola. - fue lo único que Willow dijo mientras tallaba sus ojos.

- Hola. - respondió devuelta con una sonrisa Boscha, la peli rosa acuno el aun adormilado rostro de su novia entre sus manos para luego depositar un gentil beso en su frente. - Descansaste suficiente mi bella flor. - aquella pregunta expresaba tanta ternura que Willow se escondió sonrojada bajo las cobijas, y esa acción enterneció a la peli rosa, que decidió molestarla un poco más. - Willow, porque ocultas tu bello sonrojo cuando hace unos minutos vi mucho más. - dijo Boscha seductoramente mientras descubría a Willow para aprisionarla bajo ella y dar caricias con la punta de si nariz en el cuello de Willow.

Ante aquellas traviesas caricias la ya sonroja y avergonzada Willow no pudo evitar que un gemido de placer por el contacto de su novia se escapara de sus labios; Boscha se alejo del cuello de Willow para verla a los ojos se esperaba cualquier reacción de parte de ella menos esta, para este punto Boscha también se encontraba sonrojada, se miraron a los ojos por unos segundos hasta que la peli rosa no pudo evitar desviar su mirada a los labios de su novia.

Cual canto de sirena los labios de Willow llamaban a Boscha para hacerla caer rendida ante sus encantos por lo que tomó posesión de ellos antes de que su sirena emitiera palabra alguna; un beso cargado de pasión que no tardo en desbordar en lujuria gracias a las caricias que ambas se otorgaban con total libertad gracias a la desnudes. Antes pudieran iniciar otra apasionada sesión de placer el sonido de unos pasos en la planta baja apago como balde de agua fría la llama de la lujuria de las adolescentes.

- Tus padres me van a asesinar. - susurro Boscha mientras palidecía y perdía la capacidad de mover cualquier musculo de su cuerpo. Willow reacciona con un poco más de cordura empujo a Boscha con subida para que se quitara de encima de ella, se levanto de la cama para empezar a recoger ropa de peli rosa y lanzársela.

- No es momento de congelarse cariño vístete rápido. - susurro Willow mientras busca con desespero sus desaparecidas dragas entre todo el desastre que causaron en su primera vez, las encontró tiradas a los pies de la cama. El par de adolescentes intentaba vestirse en tiempo récord al escuchar los pasos en las escaleras; aún seguían a medio vestir cuando la puerta empezó a abrirse, terror era la palabra que mejor describía aquella situación.

- ¿Qué rayos? - fue lo que la peli rosa alcanzo a decir cuando la puerta se abrió por completo y el alegre arcnores le brinco encima pidiendo ser acariciado.

- ¿Mul te escapaste del establo de nuevo? - menciono Willow aliviada de que no fueran sus padres.

- Así que tú eres Mul, que gusto conocerte amiguito. - comento más calmada Boscha para comenzar a acariciar a la bestia mágica que la mantenían en el suelo olfateándola con curiosidad; Willow estaba apunto de detenerla ya que Mul no suele llevarse bien con los extraños, pero para su sorpresa su mascota se comportaba de maravilla y disfrutaba de las caricias que su novia le proporcionaba.

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