Flores De Papel

14. Gerbera.

"Por cada nueva altura que alcanzamos, nuevos y más desconcertantes peligros nos amenazan" Arthur Miller

-Eso es mucha sangre estas buen Arián. -dijo una de las acompañantes de la albina mientras la ayudaba a ponerse de pie.

-Suéltenme, par de inútiles porque no hicieron nada. - se quejó Arián alejando a las chicas. - ¡INUTILES! - grito mientras sostenía su nariz que no paraba de sangrar.

- Si nos hubiéramos metido, no quedaría nadie en pie para llevarte a casa ahora, es que acaso no viste las caras de los Blight, la loba y Boscha. - defendió la otra chica a su amiga. - Parecía que solo esperaban una excusa para lanzarse sobre nosotras, en especial la loba enseñando los dientes, por un momento pensé que saltaría y desgarrar mi garganta. - agrego mientras pasaba su mano por su cuello asustada.

- Como sea solo ayúdenme a llegar a casa, esta estupidez no se detiene. - Gruño con molestia la albina refiriéndose a la hemorragia.

Las acompañantes de la albina la ayudaron a llegar a la casa Neidr, la dejaron en su habitación y se marcharon; para este punto la hemorragia no era tan grande como al inicio, pero el sangrado seguía allí, la albina camino a su baño donde se vio por primera vez al espejo desde el puñetazo; su blanca y pálida piel era manchado por la intensa combinación de negro y morado, que eran acompañados por hilos rojo que salían de ambas fosas nasales.

-Esa asquerosa ramera me las pagara. - el reflejo de sus rojos ojos llenos de ira le helarían la sangre a quien fuera.

- ¡Por el titan! ¿Que te paso? - Exclamo con preocupación hacia su hermano Lug desde la puerta del Baño.

- ¡ACASO NO SABES TOCAR! - grito con molestia a su hermano la chica.

- Hey Bájale dos tonos a tu voz; solo para aclarar toque la puerta como por tres o cinco minutos y a pesar de estar entre abierta y no respondías. - se defendió el mayor de los Neidr.

- Como sea que quieres; ahora no tengo tiempo para tus idioteces. - Gruño Arian mientras sacaba un pequeño botiquín de un cajón del baño para buscar parches de curación básica pegar uno en su nariz, este paro el sangrado, pero el moretón y el dolor seguían allí.

- Tus "amigas" se pasaron por mi habitación "para avisarme" que necesitabas ayuda. - durante ciertas partes de la oración Lug realizaba el gesto de comillas con los dedos; en primer lugar, por amigas, que risas secuaces talvez, en segundo lugar, avisarme, como no solo fueron a coquetearme de no a verme levantado de la cama es par de resbalosas se hubiera lanzado encima. - ¿hermana que te paso? - Pregunto preocupado Lug después de todo el seguía siendo el hermano mayor.

- Ahora te preocupas por mí, traidor. - soltó con deprecio a su hermano.

- Odiarme si quieres, pero lo que hiciste no fue correcto no puedes obligar a alguien a amarte. - respondió Lug mientras intentaba revisar a su hermana, esta lo aparto con una bofetada.

- Eso no era asunto tuyo. - miro Arian con desprecio a su hermano. - Ya tenía lo que quería y tú lo arruinaste; por tu traición mira como dejo mi bello rostro la perra de Park. -

- Eso te lo buscaste tu sola, tienes suerte de que Noceda se hiciera de la vista gorda; usaste magia prohibida Arian. - le recordó Lug. - Pudiste terminar en prisión. -

- No me hagas reír. - se carcajeo sin remordimientos la albina. Su hermano la veía desde la puerta del baño mientras intentaba quitar la mancha de sangre de su blusa, no pudo evitar preguntar.

- ¿Lo hiciste verdad? - pregunto sin rodeos Lug.

- Explícate mejor idiota. - dijo Arian, la cual ahora se miraba el moretón al espejo.