Un amor que perdura [katsudeku/bakudeku]

capítulo 4: Invitación de Momo

Aquella exposición del cenizo y el peliverde había sorprendido a toda la clase, fue la primera vez que Izuku demostraba una increíble seguridad al momento de hablar, al inicio de clases el peliverde daba una impresión de ser algo lento y muy tímido pero todos pudieron notar como al pasar de los días aquel chico iba abriéndose, pasando de ser un chico distraído a alguien inteligente y eso no pasó desapercibido para cierta pelinegra.

—Muchas gracias Mido-chan realmente me salvaste la vida!—Decía Denki contento mientras entregaba el cuaderno que Izuku le había prestado unos días antes para igualarse algunos temas.

—Tranquilo kaminari-kun solo procura no volver a descuidarte—Contestó Izuku.

—Mido-chan! Ya te he dicho que no me llames así, es tan formal para el tiempo que llevamos siendo amigos!—Dijo el rubio mientras se recargaba en el hombro de izuku, pero para el peliverde la palabra "amigo" resonaba en lo profundo de su antigua meta, pues si, no la estaba cumpliendo.—Tienes que decir Denki, repite conmigo, D E N K I—

—Ya lárgate pikachu, qué no ves que nos interrumpes? estamos estudiando maldita sea!—Dijo un cenizo muy molesto ya que antes de que el rubio llegase, él e Izuku se encontraban estudiando para una lección, cosa que el rubio también tendría que hacer pero seguro lo haría cinco minutos antes de esta.

—si si chispitas ya me voy—El cenizo dedico una mirada tétrica en respuesta al apodo del rubio, a Denki no le quedó de otra que irse. —Gracias por traerme mi cuaderno, nos vemos Denki!—Alcanzó a decir Izuku mientras volvía a prestar atención a los reclamos del cenizo que insistían en seguir estudiando, denki solo se despidió agitando su mano con una amable sonrisa.

"Desde cuándo a chispitas le importa tanto estudiar?" Era lo que pasaba por la cabeza del rubio, no le dió más vueltas al asunto ya que hacer eso no era propio de él.

Aunque ya había pasado algo de tiempo desde que ambos trabajaron juntos por primera vez, era algo frecuente ver cómo intercambiaban peñas palabras, ambos sentían que la distancia entre ellos en comparación con el primer día se había reducido, no lo suficiente para llamarse amigos pero quizá si compañeros o eso era lo que ambos creían.