Un amor que perdura [katsudeku/bakudeku]

Especial: Una linda navidad

Hermosos adornos se veían por doquier, brillantes lucecitas de colores parpadean sin parar mientras se oía ciertos villancicos que anunciaban un evento importante, al fin era navidad.

Los chicos de la clase 2A habían hecho los últimos arreglos para la dichosa cena, Momo se había ofrecido su casa para que se realizará dicho evento que se realizaría con la supervisión de su tutor Aizawa y Nerumi la encargada de entregarles su premio, todos estaban muy emocionados, algunos deseosos por pasar la navidad en compañía de sus amigos y otros para comerse hasta el último bocadillo, esa noche la vivirían como nunca.

Había llegado la hora de reunión y todos ya se encontraban presentes, no querían perder ningún minuto así que todos fueron puntuales.

—Hola viejo que bueno verte aquí!—Aparecio kirishima para saludar a un cenizo quien había escogido una mesa algo apartada para pasar desapercibido, cosa que no salió muy bien.

—Hola Chispitas así que al final decidiste venir!—Se lanzó Denki al asiento de alado del cenizo recibiendo como respuesta un empujón.

—Alejate de mi mierda no quiero que te sientes aquí!—Contestó katsuki muy molesto.

—Amargado como siempre—Añadió Zero mientras los demás chicos de su grupo tomaban asiento como si nada.

A lo lejos se podía ver una cabellera verde asomarse algo desesperado por buscar un asiento.

Claro que el cenizo lo vio pero decidió que sus amigos fueran los encargados de llamarlo.

Denki lo supo de inmediato, "Así que esto era lo que planeaba no?" Esas palabras fueron suficientes para que el rubio se dispusiera a llamar al pecoso.

—Mido-chan!!! Ven siéntate con nosotros aquí hay un asiento libre!—Gritó Denki llamando la atención del peliverde, quien sin pensarlo se dirigió hacia el asiento que le habían ofrecido sin percatarse de quién estaría sentado a su lado.

—E..están de acuerdo que me siente con ustedes...?—Izuku estaba muy apenado por la situación en la que se había puesto el mismo al aceptar la invitación.

Desde el día de la competencia entre katsuki e Izuku había crecido un sentimiento de incomodidad, ambos estaban distanciados, sin decir que desde ese día no se habían dirigido ni una sola palabra.

—Tranquilo amigo que no te vamos a comer—Dijo animando Zero tratando de convencer al peliverde.

—si Mido-chan nos haría muy felices que pases está linda velada con nosotros, verdad chispitas?—Añadió Denki mientras regresaba la mirada al cenizo.

—como sea—Fue lo único que el cenizo mencionó con un tono de desinterés.

—...gracias...—Dijo el peliverde algo desanimado mientras tomaba el asiento.

Al estar sentados lado a lado no hizo más que generar un ambiente algo incómodo para quienes les rodeaban.

Por su puesto que para los amigos del cenizo estas situaciones no pasaban desapercibidas, Denki intuía que había pasado algo con esos dos, ya que pudo observar que mientras Nerumi anunciaba los resultados estos se alejaban de la multitud y no pudo evitar preocuparse que el único en regresar era su amigo cenizo muy agitado y tiempo después un peliverde demasiado distraído y nervioso, definitivamente algo no estaba bien y sería su trabajo regresar las cosas a la normalidad

Así paso el tiempo, ambos profesores y sus alumnos se encontraban disfrutando de la comida y la buena música, pero para un rubio las cosas no iban tan bien.

Todos los planes de Denki para que el cenizo y el peliverde volvieran en si habían fallado, ya no sabía que hacer, hasta que recordó algo.

Todo joven busca divertirse en sus últimas etapas del colegio, tener muchos amigos, hacer muchas locuras y salir a fiestas como si no hubiera un mañana, Denki tenía un enorme corazón, quería que todos la pasarán bien esa noche y como hacerlo? Simple, ver tantas películas juveniles habían llevado el rubio a arriesgarse la vida al traer cierta sustancia tan prohibida y a la vez tan consumida por adolescentes, el glorioso alcohol.