Un amor que perdura [katsudeku/bakudeku]

Capítulo 7: Tu y yo

-—kacchan!!—Se escuchaban pequeñas quejas del peliverde por todo el salón.

—Que no! Tu te quedas aquí y no te vas para ningún lado oíste!—Dijo el cenizo mientras con su pierna apoyada a la pared obstruía el paso del menor.

—Sabes que hoy tenemos que presentar el taller y justo hoy te dió las ganas de olvidarte mi texto!? Lo siento pero yo me voy!—Dijo molesto Izuku mientras armaba un pequeño berrinche.

Para sus compañeros no era nada raro ver el nivel de cercanía que tenían estos dos ya que desde hace varios días atrás se los podía ver conversando normalmente, ambos ayudaban a estudiar a su grupo de amigos, por eso no era tan raro que intercambiarán libretas o textos, como lo habían hecho el día anterior.

—Ya Deku porque mejor pasas el taller a tu cuaderno de materia y lo presentas, si Aizawa dice algo yo me encargo de testificar a tu favor—Dijo katsuki con tono desinteresado mientras tomaba la botella de agua que izuku siempre acostumbraba a llevarla consigo para abrirla.

—Para ti es fácil decirlo, me había esforzado mucho haciendo ese taller!—le contesto fastidiado mientras le arrebataba la botella de su mano y estaba apunto de tomar su mochila para salir de ahí.

—Crees que te voy a dejar ir tan fácil? Ni si quiera puedes abrir una simple botella de agua sin hacer todo un desastre, si te dejo solo te mueres—Dijo katsuki después de ganarle a Izuku en tomar su mochila, el rubio se encontraba sentado tranquilo con la mochila del peliverde como rehén.

—...eso crees?...Todoroki-kun puedes abrir esta botella por mi?—se dirigió al chico de atrás enviando un claro mensaje al cenizo "No te necesito".

Tiempo atrás Izuku había decidido cambiar la pequeña botellita de agua por una botella algo más grande ya que siempre le pedían, pero abrirlas era todo un reto para el peliverde, la primera vez que intento abrirla toda el agua salpicó mojando sus cuadernos, katsuki no podía creer tal escena, desde ese día se comprometió a si mismo a ser el quien las abriría por él, pero ahora veía como alguien que no era él lo hacía, se sentía traicionado.

—Bien bien tu ganas, me dedicaré todo el receso a pasar el taller a tu cuaderno y procuraré que incluso sea mejor al que hiciste, ahora siéntate y tú bastardo mitad y mitad dame la botella!—Katsuki no tenía de otra, era su culpa por no traer el texto del peliverde ya que por alguna razón quería tenerlo un día más, ver aquellos garabatos y las pequeñas notas del peliverde se había convertido en su nuevo pasatiempo, pasando por alto el taller que debían presentar ese día.

—Enserio!!? Bien!! Pero con la condición de que me quedaré contigo para estar más seguro de que lo estás haciendo bien—Dijo Izuku muy agusto mientras volvía a tomar asiento y el cenizo le devolvía sus cosas.

—Bien manos a la obra—El receso había llegado y katsuki se hallaba dispuesto ha dar una buena impresión al peliverde entregándole un taller perfecto.