capítulo 18

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Con pequeños gruñidos saliendo de su boca, Jungkook caminaba al compás de su hermano menor, maldiciendo en voz baja por haber sido manipulado a través de su estúpido orgullo.

En ese momento podría estar en su cómoda cama, durmiendo y soñando con cierto rubio hermoso de labios gruesos, pero no, estaba ahí dirigiéndose hacia el "pasillo de las torturas", nombre que —según Hoseok— debía de temer.

A pesar de que las instalaciones eran —la mayoría de veces— cálidas, en ese instante hacia un frío de los mil demonios, y él sólo se encontraba vestido con un short corto de algodón gris y una simple camisa manga larga color blanco. Mientras que Hoseok iba vestido como si estuviera en la Antártida.

—Camina más rápido, Kookie —le ordenó el pelirrosa con un toque de burla.

Hoseok era un alfa valiente, o eso es lo que quería creer en este momento. No tenía nada en contra con que Jungkook caminara despacio, pero quería que su mayor se adelantara porque, muy en el fondo, tenía miedo. No quería ser el primero en ser comido por el espíritu de algún omega anteriormente torturado. Aunque, si lo pensaba un poco mejor, ¿los espíritus siquiera se alimentaban? y si ese fuera el caso, ¿se alimentaban del miedo o de la carne de un ser vivo? No lo sabía, pero tampoco quería averiguarlo.

—Tengo mucho sueño, idiota —gruñó el castaño—. No se porque acepté venir acá en primer lugar, pude haberme quedado en mi calientita cama esperando a que amaneciera para poder encontrar tu cuerpo cortado en trozos —sonrió maliciosamente cuando Hoseok dejó de caminar, viendo como tragaba grueso y sus ojos se expandían con terror.

—No di-digas esas cosas —susurró con un tono agudo.

Jungkook bufó, más en ningún momento borró su sonrisa llena de burla y malicia. —¿Por qué querías venir aquí si tienes miedo? —preguntó. El sueño se fue por unos segundos, atento ante todo movimiento que podría haber en el pasillo al que habían llegado.

Hoseok detuvo sus pasos y giró su cuerpo para quedar frente a Jungkook, apuntando con la lámpara que llevaba en sus manos al rostro del otro. El alfa castaño sólo puso una de sus manos en sus ojos debido a lo fuerte que estaba la luz.

—Porque tengo curiosidad —no estaba mintiendo del todo.

El otro lo miró con los ojos entrecerrados. —Me estás mintiendo...

—¿Qué? Claro que no, ¿por qué te mentiría? —movió su cabeza de un lado a otro con nerviosismo.

—Cuando mueves tu cabeza así, es porque estás mintiendo —confirmó—. Dime, ¿por qué quieres estar aquí? —cuestionó—. Sé que me trajiste contigo porque no tienes suficiente valor para venir solo. Vamos, Seoki, soy tu hermano. Sé que eres una gallina por naturaleza.

El orgullo de Hoseok se quebró en tan solo milésimas de segundo. Él no era un cobarde, sólo era un poco sensible ante las cosas desconocidas.

Grrr. Vamos, Hobi, muéstrale a ese alfa desnutrido que tienes de hermano que no somos gallinas.

Su lobo estaba muy molesto.

—No soy un...

Antes de que Hoseok si quiera pudiera terminar de hablar, unos pasos acompañados de susurros se escucharon a lo largo del pasillo. El lobo de Jungkook paró sus orejas a modo de alerta ante cualquier peligro, mientras el lobo de Hoseok chilló y se escondió en lo más profundo del ser de su humano.

La sonrisa del castaño desapareció, y un pequeño tic apareció en su ojo izquierdo junto a un temblor en su mano derecha. Ambos chicos se quedaron de piedra en su lugar. Hoseok botó la lámpara y comenzó a chillar, moviéndose hasta quedar a la par de su hermano y abrazarlo de su brazo izquierdo, buscando protección en él.

un omega de mentira 丼 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora