un omega de mentira 丼 kookmin.

capítulo 08

El ruido del lugar tenía a Jungkook con los pelos de punta. Todos ahí se encontraban emocionados por la noticia sobre repartir las habitaciones y ver a quien le tocaba con quien.

Otros se quejaban por el simple hecho de que no les tocara con algún desconocido, mientras que a Jungkook solo le importaba quedar con el lindo omega de hebras doradas y de mejillas bonitas.

Aunque no podría quedarse todo el tiempo en la academia, puesto que su padre regresaba por semanas para luego irse de nuevo.

Su maestra guía comenzó a pegar en la pizarra con una gran regla de madera, llamando así la atención de todos.

—Como todos saben, las habitaciones deben de ser compartidas por dos personas. Esto se hace para que puedan aprender a convivir y llevarse bien entre todos —la señora comenzó a hablar seriamente—. Todo esto se hace por elección al azar, ustedes no tienen voz ni voto en ello. Sacaré papelitos de acá —señaló la bolsa que tenía en sus manos—, diré a las parejas y no quiero ninguna queja. Cuando les asigne a su compañero, pueden retirarse a sus habitaciones.

El corazón de Jungkook comenzó a latir rápido y fuerte, esperando que el destino hiciera de las suyas y le tocara con Jimin.

—Park Bom y Sandara Park —mencionó la profesora.

Una castaña y una pelinegra se sonrieron amistosamente para después salir del aula.

"Hyuna y Hwasa"

"Soobin y Beomgyu"

"Mia y Yeri"

"Dahyun y Tzuyu"

"Mino y Mina"

La señora siguió llamando a las parejas, y con cada minuto que iba pasando, menos estudiantes iban quedando.

El corazón de Jungkook cada vez latía con más esperanza, ya que todavía no habían llamado a Jimin y tampoco a él.

—Park Jimin y... —el tiempo pareció haberse detenido ante la ansiedad que el alfa sentía en su interior a causa de querer escuchar su nombre—. Jeon Hoseok.

Un gruñido pequeño salió desde la garganta de Jungkook al escuchar el nombre de su pequeño hermano. Miró hacia el costado y vio la sonrisa plasmada en el rostro de Hoseok, mientras sus ojos brillaban con malicia cuando este lo miró de vuelta.

Juro que te corto los testículos si intentas algo con él. Se prometió a sí mismo en su interior, como si el pelirosa lo llegara a escuchar.

—Jeon Jungkook y Byun Baekhyun.

El alfa comenzó a caminar hacia la salida mientras un chico de cabello castaño lo seguía sin decir nada.

Iba más concentrado en poder alcanzar a su hermano y a Jimin. Necesitaba dejarle en claro algunas cosas al alfa pelirosa.

Hoseok y Jimin aún iban caminando por el pasillo cuando Jungkook salió y trató de alcanzarlo, siendo seguido por su —ahora— compañero de cuarto.

—Hey, ¡espérenme! —gritó el alfa, intentando ser escuchado por ambos chicos.

—¡Jungkook hyung! —exclamó con una gran sonrisa plasmada en su rostro el rubio, girándose y deteniéndose para que el "omega" llegara hacia él—. ¡Baek! —soltó, ahora mirando al omega pelinegro que venía detrás del castaño.

—¡Hola, Jiminie! —le gritó el alto omega desde lejos.

—Jungkook, ¿no deberías de ir a buscar tu dormitorio? —preguntó su hermano cuando este llegó hasta ellos—. Según mis cálculos, en estos momentos es la hora de tu siesta.

El alfa se sonrojó cuando Jimin le dedicó una sonrisa más grande.

—Aws, tiene horario para tomar su siesta —dijo con ternura.

—No... Yo... —quiso decir, más la vergüenza que lo invadía en ese momento no lo dejaba—. Solo duermo de vez en cuando. No me gusta dormir mucho... Ya sabes... me gusta estar activo.

Hoseok pegó una gran carcajada al escuchar las palabras de su hermano. El chico estaba diciendo una de las más grandes mentiras del universo, y él no podía contenerse.

—¿De qué te ríes, gusano? —le gruñó a su hermano.

—Uff, de nada, de nada —exclamó, limpiándose una lágrima inexistente.

—Ustedes son tan tiernos —chilló Jimin.

—Pero si lo dice la ternura andante —el pelirosa volteó a ver a Jimin con una gran sonrisa causando que este soltara una risita—. De todas formas —cambio de tema mientras pasaba su brazo por el hombro del menor—, Jiminie y yo tenemos unos asuntos importantes que resolver en nuestra habitación.

El alfa pelirosa supo —desde que vio la amenazante mirada que Jungkook le dio— que posiblemente cuando estuviera a solas con su hermano, este lo mataría por haber sacado de contexto esas palabras, e intentando molestar a otro.

—¿Qué tipo de asuntos? —alzó una ceja el castaño, apretando los dientes y fijando su vista en el brazo de su hermano sobre Jimin.

—Hobi hyung dice que me mostrará uno de sus mejores coreografías —chilló emocionado—. Él y yo estaremos juntos en las clases de baile.

En ese momento, Jungkook deseo ser un bailarín o al menos saber hacer algunos pasos de baila, incluso haberse metido en baile y no en composición.

—Exacto, así que nos debemos despedir de ti, Jungkook oppa —dijo el alfa mofándose de su hermano—. Vámonos Jiminie.

Jungkook hizo puño sus manos, y tragó saliva intentando no decir nada.

—Nos vemos, Jungkook hyung. Adiós, Baek —le sonrió Jimin de una forma tan hermosa, que el alfa quiso tomarle una foto y guardarla como su más preciado tesoro.

—Adiós, Jimin-ssi —susurró audible, viendo como el omega se daba la vuelta.

—Nos vemos, cariño —se burló Hoseok.

—Vete al diablo, pequeño demonio —le gruñó el alfa, intentando darle un manotazo a su hermano, pero este fue más rápido y salió corriendo con una gran sonrisa detrás de Jimin—. Esto no se va a quedar así, Hoseok.

Un silbido provino del omega pelinegro quien había estado siendo ignorado todo ese tiempo—. Sí no supiera que eres omega, diría que estabas muy celoso de esos dos y que también te gusta Jiminie.

Jungkook tragó grueso, dándose la vuelta para encarar al omega.

—No seas ridículo, soy un omega —dijo a duras penas.

—Por eso lo digo. Tal vez solo estés celoso de que te quitaran a un gran amigo, ¿cierto?

—Sí, sí, lo que digas —soltó nervioso el alfa, moviendo su mano como si no le importara—. Ahora, vamos a buscar nuestra habitación. Tengo que tomar mi siesta.