Me olvidé del mundo porque el mundo se olvidó de mí.
Me di cuenta de que la gente es una convenida, que te aconsejan y escuchan para luego clavarte la espada por detrás para poder hundirte más fácilmente.
Que lo hacen por puro ocio, por disfrutar durante un instante de cómo se te viene el mundo encima, que siempre hay un topo que se cuela en tu vida haciéndose pasar por alguien importante, que la gente te engaña, te sacude y te tira al suelo, y al final o te levantas o te pisan, solo tienes esas dos opciones.Te das cuenta de que cuanto más alto estés más grande es la caída, que el mundo es una gran mentira, el amor una trampa de la naturaleza para mantener la especie y que la atracción física siempre será más fuerte a la sentimental.
Que cuanto más te conocen más fácil es hacerte daño, que cuanto menos sepa la gente de tus relaciones más durarán, y que los únicos que no mienten son el tiempo y la muerte. Que somos almas en pena que se alimentan del lamento de las personas más inocentes, que no siempre 1+1 son 2, la vida no siempre es pura lógica.
Es cierto que hay que caminar recto con la cabeza bien alta, pero tampoco hay que olvidar que existe el suelo y que nadie se libra de resbalar. La humildad no se adquiere, está impregnada en nosotros, pero a veces cuesta tiempo sacarla a relucir.
Que el más sabio es el que plantea las verdaderas preguntas y no aquel que da las verdaderas respuestas.
Que estar seguro de sí mismo solo sirve para que la decepción no sea tan fuerte.
Que la mierda de sociedad en la que vivimos es lo único que destruye a las personas.
Y que los amigos también pueden romperte el corazón.- H.
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Lo que aprendí gracias al dolor.
PoetryUna recopilación de textos independientes escritos por mí.