SIN TI SÍ PUEDO VIVIR.

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Pensaba que el hecho de que hubieses decidido irte de mi vida me iría matando poco a poco, que mi luz se apagaría lentamente hasta quedarme completamente a oscuras.
Por suerte para ti y para mí eso no ha sido así. Sé que tú tampoco habrías soportado ver cómo iba perdiendo mi esencia; que aunque te alejaste de mí lo hiciste por nuestro bien, porque en el fondo sabías que, yéndote, yo solo conseguiría brillar más.

Es evidente que dolió, porque fuiste mi mano derecha desde que nos conocimos, pero supongo que todo tiene un final, y el nuestro debía llegar más pronto que tarde.
Tuvimos mucha conexión, pero se fue igual de rápido que vino, casi sin avisar, de un día para otro.

Todavía hoy recuerdo nuestras conversaciones, todos los consejos que me dabas, cómo te cabreabas cuando no te hacía caso, cuando no quería seguir adelante y tú solo me insistías hasta conseguir que me levantase. Recuerdo a la perfección todas las noches de videollamadas entre risas, pero también en las que tuvimos más de una conversación incómoda solo para poder acabar sintiéndonos cómodos.

No voy a engañarme, ni a engañarte a ti; a veces echo de menos esa sensación, a veces echo de menos esos momentos, pero sé que se acabó y que nunca volverá a ser como antes. Tampoco lo quiero, porque aunque ahora eche de menos esos sentimientos, sé que puedo ser feliz yo sola y que acabará llegando alguien que me creará nuevos recuerdos y nuevos sentimientos.


Tú no eres mi mundo, no has conseguido que me apague; he demostrado que sin ti sí puedo vivir.


- H.

Lo que aprendí gracias al dolor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora