Te fuiste de mi vida de la peor manera que pudiste hacerlo. Casi sin explicaciones, casi sin avisar.
Me volviste a meter en aquel pozo del que me ayudaste a salir, viéndome esta vez obligada a salir por mí misma, sin la ayuda de nadie, y menos aún la tuya. Pero a día de hoy te puedo dar las gracias, porque aunque me soltaste la mano cuando más te necesitaba, me has hecho darme cuenta de que yo sola sí puedo, que no eras imprescindible en mi vida.
He aprendido a no echarte de menos, a quedarme tan solo con lo bueno, con lo que me enseñaste durante aquellos meses de amistad. He vuelto a ser feliz después de haberte perdido y me he demostrado que no vale la pena estar mal por alguien más de dos días.
Y ahora que ves que soy feliz y que he reconstruido mi vida decides volver. Decides volver de la peor manera, a través de terceras personas, metiéndote en medio de amistades y relaciones que ni te van ni te vienen. ¿Quieres volver a mi vida? Inténtalo, pero ten narices a venir directamente a mí, no vayas de cobarde buscando a otras personas, porque así no vas a conseguir nada.
No quiero que vuelvas. Ya no. Si vuelves tan solo será para desorganizarme la vida, para desorganizarme los esquemas. Ni lo quiero ni lo necesito.
- H.
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Lo que aprendí gracias al dolor.
PoetryUna recopilación de textos independientes escritos por mí.