Capitulo 2.

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Me senté en la silla que estaba al lado de la cama de mi hermano, como pasaba el tiempo, si todo fuera como antes de todo esto estaríamos comprando comida, viendo películas, jugando a la pelota, cualquier cosa menos esto. Es increíble como de la noche a la mañana tu vida recibe un golpe, un golpe que deja cicatrices y que no sana hasta que ocurra un milagro o algo por el estilo.
En este mismo momento acaricio el blanco rostro de mi hermano, repasando sus largas pestañas, su fina nariz y finos labios, los cuales son idénticos a los míos, su castaño cabello esta peinado hacia al lado, eso es porque mi padre lo vino a ver en la mañana y aun conserva la costumbre de peinar el rebelde cabello de mi hermano.
Lo único que deseo en este mismo momento es que tan solo abra sus castaños ojos y me diga " ¿Veremos Los Simpsons en tu habitación o en la mía?" o "Enana no le digas a papá lo que hice, ¿esta bien?." Cuanto daría por escuchar una de esas palabras, o tan solo ver como mueve su naricita hacia los lados al igual como un ratón y al igual como lo hago yo.

-Está cada vez más grande el enano - Dijo Alex sacándome de mis pensamientos.

-Sí, cada vez falta menos para que sea más alto que yo. - Dije sonriendo y acariciando el brazo de mi hermano.

-Perdón por decirte esto Sam, pero no es muy difícil que alguien te supere en estatura. - Dijo riendo, hasta que yo golpee su brazo. - ¡Auch! Es la verdad cabezona pero hay algo en lo que nadie te puede ganar, y eso es en tu gran y redondo culo.

-Adoro tus cumplidos Alex. - Dije mientras rodaba los ojos.
Luego de treinta minutos salimos del hospital, al no saber que hacer Ale me miro.

-¿Cuál es nuestra primera parada cabezona?

-¡Ir a comprar helado de manjar! - Dije dando pequeños saltitos.

-Eres una rara de mierda, ¿como se te ocurre comer helado con este frio?

-¡Comiéndolo DUH!

Paramos en la tienda de helados para comprar mi hermoso y exquisito helado de manjar, Alex se compro un batido de chocolate, y nos sentamos a conversar un rato.

-¿Y cómo está la zorra? Ósea tu novia disculpa. - Dije con una sonrisa sínica.

-¡Hey! No le digas así. - Dijo entrecerrando sus ojos hacia mí.

-¿Acaso hay alguna otra palabra para describir a una tipa que se ha acostado con la mitad del mundo y te engaño con su propio primo?

-Primero; es imposible que se haya acostado con medio mundo ya que para eso tendría que viajar mucho. Segundo; eran primos lejanos. Y tercero; yo también la engañe con su prima, asi que lo dejamos en empate y partimos de nuevo desde 0. -Dijo orgulloso de si mismo.

-Digas lo que digas, Leah siempre será una zorra para mi, pero como te quiero y te respeto, la llamare por su nombre adelante tuyo.

-Gracias cabezona. - Dijo sonriendo.

-Pero debes admitir que es una zorra. - Dije apuntándolo.

-Samantha....

Nos subimos a su auto rumbo a mi casa, ya que con la lluvia que empezó hace un rato no quería tomar el desgraciado y maldito autobús del cual soy esclava hace más de 6 años.
Al llegar a mi casa, nos encontramos a Melanie tirada en mi pieza durmiendo en el suelo con tarros de mermelada a su alrededor.

-Tengo una idea. - Dijo Alex sonriendo.

-¿Y cuál se....?

-¡¡¡¡FUEGO, FUEGO, MELANIE LA CASA SE INCENDIA, CORRE MALDITA RUBIA, LA CASA SE INCENDA, ES EL FIN DEL MUNDO, CORRE MELANIE CORRE!!!! - Empezó a gritar mientras corría alrededor de Melanie, quien al escuchar todo eso, se despertó de un salto, agarro todos los frascos de mermelada que pudiera y salió corriendo escaleras abajo.

Es difícil decidir...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora