Capitulo 7.

206 1 0
                                    

-¿Esa fiesta que realizo Leah hace dos años atrás? - Dije temerosa.

-Esa misma.

-¿Y por qué no me lo dijiste antes? - Dije celosa.

-Porque no tiene importancia Sam, paso antes de siquiera hablarte, no éramos ni amigos, estaba soltero y borracho y una cosa llevo a la otra. No deberías por qué molestarte, fue algo del pasado. - Dijo obvio.

-No estoy molesta, estoy celosa. Ella estuvo contigo mucho antes que yo, ¿Como sabes que no te sigue deseando? ¿Como se que tu no la sigues deseando?

-Ella ya no me desea princesa, ella es novia de Alex, no mía. Y yo nunca la desee, solo que esa noche estaba borracho y me acosté con ella, a todos nos ha pasado, ¿Pero te digo algo? No me arrepiento, ¿Sabes por qué?

-¿Porque? - Dije confundida.

-Porque de no haber estado borracho no habría chocado con una preciosura como tú por accidente. - Dijo guiñando el ojo.

-No me guiñes el ojo, esa noche al chocar conmigo me botaste al suelo y termine con la nariz sangrando, así que no te hagas el sensual. - Dije sonriendo.

Se acerco a mí a paso lento, paso sus brazos por debajo de los míos para luego abrazar mi cintura. Acerco tu rostro al mío para dejar nuestras bocas a solo un centímetro de distancia. Si no me besaba ahora lo golpearía con una pala.

-¿Está todo bien entre nosotros princesa?

-Todo está perfecto mi príncipe. - Dije y luego el acerco sus labios a los míos para iniciar un beso.

****************

Al otro día me desperté al escuchar un molesto pitido. Era la alarma.

¿Por qué tenía puesta la alarma?

Mi papa apareció en el umbral de la puerta de la habitación con su traje de trabajo, una taza de café en una mano y en la otra un megáfono.

Que ni siquiera se le ocur....

-¡ARRIBA MI CHILENITA! ¡HAY QUE IR A LA ESCUELA! ¡EL CIELO ESTA AZUL, EL PASTO VERDE Y LAS AVES CANTAN, PERFECTO PARA MADRUGAR! - Dijo con el megáfono antes de abrir las cortinas y el cielo me cegara.

Maldición, hoy empezaba la peor tortura para un adolescente.

La puta escuela.

-Papa hazme un favor y metete el megáfono por donde no te alumbra el sol. - Dije mientras tapaba mi cabeza con las sabanas.

-No le digas esas cosas tu hermoso padre, tu desayuno está listo asique apúrate para que no llegues tarde a la escuela. - Dijo mientras se encaminaba hacia afuera de mi habitación.

Me encamine hacia la ducha para poder ducharme (no me digas), luego de secarme me coloque unos jeans rosa pálido, un suéter largo negro, unas botas negras y un gorrito de lana banco. Me aplique un poco de corrector, base y rímel para luego bajar las escaleras y encontrarme a mi padre friendo huevos y cantando.

-Dale a tu cuerpo alegría Macarena, que tu cuerpo es pa' darle alegría y cosa buena, dale a tu cuerpo alegría Macarena, HEY MACARENAA! - Dijo moviendo el trasero.

-¿No se suponía que estaba listo el desayuno? - Dije con una ceja alzada.

-Era una pequeña mentirilla para que no te demoraras tanto.

Después de desayunar nos subimos al auto de mi padre y emprendimos nuestro camino hacia mi escuela que quedaba de pasada hacia su trabajo.

-Hey, ¿Hasta cuando se quedara Bruno en nuestra casa? - Dije mirando los arboles a través de la ventana.

-¿Ya te cansaste de él? - Dijo sonriendo.

-Nono, solo que me extraño que viniera solo y sin el tío John y la tía Sara.

-Es que ellos debían arreglar unas cosas en España antes de venirse a acá, Bruno se quiso venir antes por que se aburría mucho allá.

-Ahhh, ¿Osea que tendremos que soportar su presencia hasta que lleguen los tíos?

-Lamentablemente, sí,

**************

-¡Sam! - Escuche la voz de Melanie proviniendo de algún pasillo.

-¡Mel! - Grite antes de abrazarla.

-¿Feliz de regresar a este infierno? - Pregunto Melanie.

-No soy capaz de responder a esa pregunta. - Dije caminando a paso de tortuga a el salón que nos correspondía.
Había mucha gente en el salón, compañeros viejos y unos cuantos nuevos. En una esquina pude ver a Alex riendo con algunos tipos de la clase, al verme se levanto con una gigantesca sonrisa y camino hacia mi abriendo los brazos.

Que ni se le ocurra, aun seguía enojada con él.

-¿Hacemos las paces cabezota? - Dijo a un paso de mí.

Y con mi mejor y reluciente sonrisa conteste:

-No.

-¿Por que no? - Dijo algo dolido. Melanie ya no estaba al lado mío, estaba a unos pasos hablando con unos chicos del equipo de soccer.

-Por que no me da la gana. - Dije pasando por su lado.

-¿Que tengo que hacer para que me perdones? Sé que fueron unas estupideces lo que dije aquel día, lo siento Sam, no te lo merecías.

-Mmmm, quiero 20 helados de manjar, una rosa azul y un autógrafo de Lana Del Rey.

Sabía que no iba a lograr ninguna de esas cosas.

-Hecho. - Dijo estrechando mi mano.

¿Cómo pensaba lograrlo?

-¿Nos sentamos juntos? - Dijo esperanzado.

-Sam me sentare con Brent, ¿No te molesta? - Dijo Melanie al lado mío
frunciendo sus labios.

Brent era jugador de soccer, la verdad es que era muy gracioso y amable pero algo tonto, tenía el pelo dorado rizado y la piel bronceada con ojos cafés. Era bastante guapo.

-Por favor Sam. - Dijo Brent con cara de perrito mojado.

-Esta bien. Mel puedes sentarte con Brent y tu, grandísimo idiota, te sentaras conmigo. - Dije con voz irritada.

Mel y Brent se fueron tomados los brazos y avanzaron dando pequeños saltitos.

Par de rubios.

Mire hacia mi lado y Alex estaba sonriendo como el gato de Alicia En El País De Las Maravillas.

-¿Por qué sonríes así?

-Sabes que en el fondo me amas. - Dijo balanceándose sobre sus talones.

-Sí, pero solo como...

-"Solo como amigo". - Dijo imitándome.

-Exacto. - Dije y me pare sobre las puntas de mis pies para darle un sonoro beso en la mejilla.

-¡Asquerosa! ¡Ahora estoy lleno de gérmenes! - Dijo con voz chillona mientras se quitaba m baba con mucha dramatización.

-Eres una nena Alex.

-Mentira, soy un macho de pecho peludo.

-Alex, no tienes ni un pelo en el pecho...Yo soy testigo de eso.

-¿Ósea que cuando no estoy con camisa, analizas mi bello y escultural cuerpo? - Dijo sonriendo de lado.

-No. - Dije ruborizándome.

Es difícil decidir...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora