Capítulo 3

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Narrador:

Un peli Rubio estaba leyendo pacíficamente hasta que su preciada lectura se vio interrumpida por el estruendo que hizo la puerta al abrirse bruscamente.

La que había provocado tal estruendo no era nadie más que su hermana que se dirigía hacia el ya listo para una pelea verbal se acomodó en su puesto y sonrió satisfecho.

Esperaba que su hermana comenzara a iniciar una pelea por algo insignificante, pero se llevó la sorpresa que lo único que recibió de su hermana fuera un gran golpe en la cabeza.

—¿Por qué me pegas? —Pregunto el peli Rubio molesto.

La contraria simplemente lo ignoro y se fue a una repisa que estaba cerca para después comenzar a tirar los libros.

—¡¿Ahora que te pasa?!

El siguiente movimiento de la peli castaña fue desorganizarle la cama le comenzó a tirar las almohadas, la sabana y después comenzó a saltar arriba de ella.

—¡Hey basta! ¡Deja de joder Lilith!

Ya satisfecha la oji dorado se dirigió a la puerta.
—Estoy aburrida no sé que hacer con mi vida —Habló finalmente Lilith.
Se marchó no sin antes apagarle  la lámpara a su hermano.

—¡Jódete Lilith! —Exclamó furioso el oji violeta.

Eso era común en la relación de hermanos de aquellos dos se molestaban mutuamente cuando estaban aburridos o porque si quien los entendía solamente ellos mismo se entendía después de todo vinieron del mismo vientre y los dos estuvieron encerrados nueve meses juntos.

⋇⋆✦⋆⋇ 

La oscura noche estaba presente un ave castaña se dirigía hacia la habitación de la querida emperatriz.

Un picoteo tras otro se hizo presente en la ventana de aquella hermosa habitación una linda emperatriz se levantó de donde se encontraba para ver a la hermosa ave.

—Es la primera vez que te veo ¿qué te trae por aquí bella ave? —Habló la oji verde tomando en brazos al ave-

El ave se comenzó a sobar contra el pecho de la emperatriz haciendo notar que le gustaba estar en brazos de aquella mujer.
—Que linda ave eres que afortunado es tu dueño.
El ave comenzó a negar con la cabeza.

—¿No tienes dueño? No lo creo de seguro una linda ave como tú debe tener un dueño ¡que mal dueño es! ¡Como es que una hermosa ave puede estar tan sola en una noche como está sabiendo que puede haber algunos depredadores cerca! —Exclamó enfurecida la bella dama.

—Lástima que Reina no está aquí es una ave muy sola de seguro se alegraría al tener una nueva amiga ¡la próxima vez que lo vea le voy a hablar de ti! De seguro se llevarán fantástico.

El ave se quedó quieta unos segundos para después comenzar a aletear rápidamente sacándose de los cálidos brazos de aquella emperatriz.

—¿Qué ocurre? Acaso ya es hora de irte.
El ave asintió con una mirada triste.

—No estés triste de seguro nos volveremos a ver entiendo que ya te tengas que ir ya es un poco tarde tu dueño debe estar preocupado por ti aunque sea un mal dueño por dejarte solo a estas horas de la noche no merece que lo preocupes estando tanto tiempo fuera —Consoló al ave la bella emperatriz.

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