"...nada es para siempre amor, vamos a escuchar al corazón"
Una semana después de esa llamada, tuvimos nuestra primera cita. Llegue 5 minutos tarde, porque apenas y me dio tiempo de salir del trabajo. Tú venías de la escuela y debí decir que te veías muy guapo. Y ya en persona noté la diferencia de edad entre los dos. Fuimos a una pequeña cafetería, no me dejaste pagar, y platicamos mucho, hasta que llego la otra cosa que lo cambio todo; tú carta. Una carta de tu puño y letra en una hoja de cuaderno. "La escribí entre clases y pensando en ti", dijiste. Pero no solo eso, en aquella hoja de cuaderno me declaraste tú amor; me pediste ser tú novia y yo derramando unas lagrimas te dije que si. Me abrazaste y me dijiste que a partir de ese momento me harías muy feliz y me besaste, nuestro primer beso, por el cual mandé al diablo nuestra edad, los prejuicios y al resto del mundo, porque desde ese beso supe que yo quería estar a tu lado.
Ojalá hubieras medido tus palabras, porque ese fue el comienzo de nuestra travesía, Diego.
