...me pregunto en qué momento permitimos nos ganara la costumbre.
Debiste hacerle caso a tu papá cuando te dijo que solo fuéramos amigos. Debí decírtelo yo. Porque después de nuestro primer encuentro íntimo, una tarde; tú mamá me escribió. ¡Si! Y créeme que no fue para felicitarnos o algo. Me pidió puntualmente que me alejara de ti, porque yo te haría mucho daño, que no estaba dimensionando el dolor que te iba a causar. Agregó que usara toda la psicología que había estudiado para dejarte y que esa era su única advertencia. Y adivina que, Diego. Ignoramos las palabras de tu propia madre y seguimos. No se si fue por todo el amor que sentíamos o porque en mi interior sentía placer de que no se hiciera si voluntad.
Pero de nuevo, se equivocaron, porque nunca te cause daño, si quiera un poco. Y espero le hayas dicho a tu mamá que en realidad soy pedagoga-historiadora, no Psicóloga.