Hope&Dreams.

notificación.

Solo se escuchaban mis pasos, y a veces el sonido de alguna rama que bailaba por el viento. No entiendo porque llegué aquí, pero tampoco me detuve a preguntarme.

Seguía caminando, aunque me adentraba más y más en la oscuridad, siempre me atrajo ese silencio que normalmente venía con ella.

A varios metros divise un parque, no sabía en que sitio estaba, pero me aventure a entrar ahí. 
Había juegos para niños, un poco desgastados y oxidados por la lluvia, recién había estado llorando el cielo, los columpios tenían una capa  húmeda notoria.

Me senté en un banco, sentí la frialdad en mi falda, pero no me asusté con ella. Ya no me asustaba como antes, ya no me afectaba nada.

No sabía que hora serían, no obstante creía que era muy tarde, ya la noche estaba madura en ese momento. Recosté mi espalda desnuda al banco, y con mis dedos empecé a trazar líneas en los muslos.

Estaba esperando, no sé que esperaba, sin embargo el sentimiento de ansiedad estaba en cada partícula de mi cuerpo.

Seguí trazando líneas, concentrándome en los detalles más insignificantes para evitar cubrir mi mente con mantas de desolación. 

Espera.

Era la palabra que estaba presente.

Solo tenía que esperar, al fin estaba ahí, sin razón alguna, la única opción era quedarse.

Algo se movió a mis espaldas, confíe en que era un gato callejero que buscan refugio en los parques infantiles, ¿Alguna vez han visto un gato en un parque infantil? Yo, nunca.

Espera.
Espera.
Espera.

Mis ojos estaban cansados, y mis pies me impulsaban a seguir caminando, disfrutando de la noche, esa que se vestía de negro, pero aún así seguía viéndose hermosa.

Espera.

Hacía pequeñas trenzas en mi cabello, mientras agitaba las pestañas.

Espera.

Respiré fuertemente, y sentí el oxígeno llegándome a cada pulmón, limpiando todo a su paso.

Espera.

Y llegó.

Un saco cubrió mi cabeza, mis pensamientos, mis ideas. No me resistí, pues sabía que estaba esperando algo, ¿Debía de ser eso, no?

Tal vez la muerte si que manda una notificación antes de llegar, lo jodido es que algunos andan con la vida en silencio.