Prólogo

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—¿Eres consciente de que te odio verdad?— siseo entre dientes mientras muestro mi sonrisa más falsa—. Mucho.

Jack me observa divertido antes de llevar mi mano; la cual tiene como prisionera desde hace cinco minutos y se ha negado a soltar; a sus labios, depositando un tierno beso en el dorso.

Para todo el mundo la escena puede resultar dulce y encantadora, digna de un capítulo de Sweet Home Alabama's, pero la verdad es que se está desarrollando una guerra silenciosa entre ambos.

Su mano está cortando la circulación de la mía mientras mis uñas se clavan en su piel, quebrando la carne. Disfruto con sus muecas de dolor tanto como él se alegra de mis calambres.

Pero a pesar del sufrimiento y la tortura a la que nos estamos sometiendo mutuamente, no abandonamos el papel. Nuestro odio es tan realista que se confunde con amor, cosa que nos ayuda un montón en nuestro teatrillo Romántico;  nadie duda de lo nuestro, las muestras de "cariño" que nos damos en publico son tan perfectas cómo soñadas a simple vista; pero si las personas mirarán más de cerca o fueran detallistas se darían cuenta que más que cariño es infligir dolor.

Justo como ahora.

Estamos en una cena y hemos pintado una actuación llena de mimos y sonrisas falsas que nadie se percata de lo que sucede justo enfrente de sus ojos. Si mirarán debajo de la mesa verían el porqué de qué Stone se ría hasta de los chistes más horribles que hace el tío Dimitri. Y es que desde que nos sentamos le estoy encajando uno de mis molestos tacones en su zapato; haciendo presión como venganza por haberme obligado a usarlos. El muy maldito me dijo que no podía salir con una mujer de menos de 1.70 metros de altura debido a que era una vergüenza...

Bueno, he aquí tu vergüenza.

— Tennessee, se supone que las enanas son buenas y encantadoras pero tú... tú eres la combinación demoníaca de la abuela de la Familia Addams y el tío Eso. ¿No podemos ser al menos cordiales?— susurra adolorido antes de reír por otro de los chistes del tío.

Aunque debería de haberme ofendido por su comentario ante mi estatura, no lo hago, porque al fin estoy logrando mi cometida.

Soportar un poquito más no me matará... Probablemente a él sí, pero a mí no.

—La cordialidad hacia ti se terminó cuando decidiste llegarle con la noticia de nuestro supuesto idilio a mi padre. Gritado a todo pulmón. A las tres de la mañana —finjo que le voy a  arreglar la pajarita para ajustarsela hasta el límite. Sus labios se vuelven una fina línea antes de hacer un ruido con su garganta. Pongo una expresión inocente y toco levemente su mejilla—. ¿Qué pasó amor? ¿Estás bien?

Asiente y sonríe como puede antes de jalar el nudo y aflojarlo para poder respirar.

— Siempre puedes terminar conmigo... mira que no me enojaría y te comprendería —murmuro agarrando los cubiertos para cortar el bistec que se alza delicioso frente a mí.

Discutir con Stone me agota tanto física como mentalmente, normalmente soy una persona que disfruta de comer. Pero últimamente he estado bajo tal estrés que hasta se me ha olvidado que comer también es una necesidad biológica. Así que me merezco este descanso.

Es como si estuviera alrededor de una persona retrasada mentalmente, la cual no entiende ni comprende la palabra No ni las negativas.

— Hace falta más que tu valentía de elfo para deshacerse de mí. Aún con el calcetín tendrás que quedarte estancada conmigo.

Nuestras familias, ajenas a la tortura, brindan en honor a nuestra "relación" con mucho gozo y alegría pasando de alto el hecho de que el cuchillo se me resbaló y que el espacio de mi entrecejo se está comenzando a poner colorado debido a la rabia que estoy conteniendo.

Inhala, exhala. No durará mucho... Verás que dentro de poco te deshaceses de él.

Suelto un suspiro lastimero antes de ceder y agarrar la copa para alzarla, celebrando algo de lo cual jamás estuve de acuerdo. La verdad es que yo no quería ser cómplice de su jueguito, pero debido al gran imbécil que tengo a mi lado y su enorme bocaza, todo se fue al garete.

Llegó una noche a mí casa y sin filtro alguno, se desboco ante mi padre con entusiasmo, pintando una relación entre ambos, la cual lamentablemente no pude negar.

Pero todo fue debido a una escena de la que Jack me obligó a ser partícipe; en la cual terminó diciendo, antes de marcharse, que yo era su chica y que esa noche, simplemente, nos habíamos puesto más que cariñosos.

Cuando en verdad no fue así.

— Recuerda que soy tu Alma Gemela, peque. Debes amarme —se burla acariciando mi mejilla levemente, tal y como yo había hecho hace unos minutos y considero seriamente como hacer de mi cuchara un arma letal.

¿Por qué motivo no lo he asesinado?

Porque mis padres, abuelos, primos y tíos lo aman más de lo que me aman a mí; así que me toca callar y sonreír mientras mi ... Idílico novio, relata el justo momento en el que Cupido, con sus nefastas flechas, unió nuestro corazón en un solo sentir y querer.

Más que flechas fue una golpiza terrible y forzada con el arco.

Es que joder... de todas las personas en el mundo, ¿no era más fácil ponerme con un chico tranquilo o con alguien que no fuera mi archienemigo y bully personal en la prepa?.

No.

Acá el destino siempre con sus vueltas rompe vidas y destruye paciencias terminando con la perfecta sintonía de la gente. Como si la paz mental de uno fuera tan importante como el precio del té en China.

Amigo... Los psicólogos están caros y de los traumas uno no se deshace tan fácilmente. Así que apoya.

Pero a pesar de todo, no lo niego. Porque yo realmente lo quiero... Matar.

Así que, técnicamente no le estoy mintiendo a nadie... solo estoy obviando información. Si por mí fuera lo hubiera delatado y dejado a merced de las bestias salvajes que son mis hermanos y de la escopeta siempre cargada de mi padre; pero sabía que si lo hacía Jack se encargaría de hacerme la existencia una miseria, además de que mis hermanos montarían guardia tras mi puerta para impedir que los chicos se me acercaran.

Un estremecimiento me recorre solo de imaginarlo.

Con el trabajo que pase para que me dejaran ir al baile de graduación con un chico.

Al final lo escogieron ellos y el pobre chaval casi se hizo en los pantalones varias veces. Fue la peor noche de nuestras vidas. Jamás creí que se le podían hacer tantas cosas tenebrosas y macabras a cierta área del cuerpo.

Por lo que ahora estoy presa en su mentira; sin contar que también me he metido en serios problemas por su culpa.

Lo peor es que el muy idiota en vez de desmentirlo todo, embrollo la situación hasta el punto que en la universidad habían empezado diversos rumores sobre bodas y hasta no procreados, ni deseados, embarazos.

Obvio que él disfruta de toda esa atención. Le encanta hacerse la diva.

Y por eso estoy hoy aquí, dedicándole miradas de odio y murmurando palabras de desprecio las cuales son recibidas con estúpidas sonrisas y besos alegres, mientras para todos somos la pareja soñada y perfecta.

¿Qué le hice al Karma para que me hiciera esto?

No lo sé... Pero será mejor que Stone, el puto destino y el Imbécil con pañales cuiden sus espaldas, porque últimamente he desarrollado una sed sobrenatural por la venganza y alguien tendrá que pagar.

Maldito Jack.

Maldito Jack StoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora