Capítulo 6: Empezó el combate.

47 9 3
                                    

Brooke:

Clásico.

Un momento estás sentada leyendo pacíficamente un libro en una cafetería y al otro estás caminando apresurada por la calle mientras eres acosada.

—Por favor, será solo por unos días— habla el tipo que me ha comenzado a perseguir, pero yo apresuro los pasos dejándolo sin respuesta.

No soy una persona violenta. De hecho, estoy orgullosa de mi capacidad para aceptar con tranquilidad cualquier cosa que suceda. Sin embargo, a veces esa violencia aflora en mí y, que me cojan confesada, porque este es uno de esos momentos en los que el límite de ser una persona decente y una perra total han sido borrados.

— Tennessee

Saco el celular del bolsillo trasero de mi pantalón para comenzar a jugar con él; demostrándole al loco que me persigue que no tengo ninguna intención de hacerle caso.

—Eh, Tennessee.

Ignoro su llamado y aumento la velocidad. Estoy casi corriendo por la acera mientras él me persigue rogando por algo que jodidamente no haré. La gente nos ha comenzado a mirar raro, porque la situación en sí es bastante ridícula. No todos los días ves a un tipo macizo y con muchas posibilidades de conseguir a cualquiera que quiera sin siquiera pedirlo, rogarle públicamente a una chica que es más que evidente que no quiere nada con él.

— Venga ya, Brooke; ayúdame con esto— insiste negándose a rendirse.

Mantengo mi expresión de: Eso no es conmigo mientras miro a ambos lados de la calle para cruzar.

— ¿Me harás rogar?— pregunta— ¿Que quieres a cambio? Lo que sea te lo doy.

Continúo ignorándolo y me concentro en tratar de llegar a tiempo a mí trabajo. Una cosa es llegar unos minutos tarde  y otra muy distinta es llegar una hora después.

— Venga ya.

Saco los audífonos del bolsillo delantero de mi sudadera y los conecto a mi celular.

— ¿Qué diría tu madre si la llamara y le contara como me ignoras?— intenta amenazarme pero menos atención le prestó.

Me viene rogando por ayuda y comienza a amenazarme. Me impresiona como su ideas son tan avanzadas. Cualquiera diría que ascendió de hombre primitivo a macho de las cavernas.

— ¿Es en serio? ¿Me ignoraras tan vilmente?— cuestiona aún si creerlo.

Es algo sorprendente como este chico tiene la capacidad de sacar mi peor actitud.

Busco la canción más alegre y empoderada de mi reproductor, me coloco los audífonos, subo el volumen a todo lo que da y le doy a reproducir. Cake by the Ocean inunda mis neuronas opacando el sonido de la voz de Stone.

Por fin, paz.

¿Por qué motivo Stone me anda persiguiendo por la calle poniéndonos en ridículo a ambos? ¿Por qué me está rogando? Simple: se ha vuelto jodidamente loco.

Antes de que le pegará un cabezazo en la cafetería o agarrara el menú para incursionar con el en el arte del asesinato, al demente que tengo como acosador se le ocurrió decir la mayor estupidez que jamás en mi vida creí escuchar salir de sus labios. Y eso que había escuchado idioteces.

Delante de un montón de personas y corriendo el riesgo de morir bajo mis manos, me dijo... No me pidió... Dijo que fuera su novia por un mes.

¿A quien en su sano juicio se le ocurre decir tal pavada? Por supuesto que a un ser humano normal no.

Maldito Jack StoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora