«Hay pocos a quienes quiera de verdad, y menos aún de quienes piense bien. Cuanto más conozco al mundo más me desagrada, y todos los días el tiempo confirma mi creencia en la inconsistencia del carácter humano, y en lo poco que puede uno fiarse de las apariencias de bondad o inteligencia». Lo dijo Elizabeth Bennet en Orgullo y prejuicio hace más de doscientos años y, aun así, es como si el tiempo no hubiese transcurrido, ya que seguramente muchas personas piensan así hasta el día de hoy, incluyéndome.
Es increíble cómo las apariencias sí engañan. ¿Cómo es posible que una persona que creía tan dulce y amable pueda encerrar tanto misterio a su alrededor? Sacudo mi cabeza.
«Dejá de pensar en ella».
Mientras sigo caminando sin rumbo alguno, más frases de Elizabeth bennet aparecen en mi cabeza, lo que me hace desear aún más tener un libro entre mis manos. Es tan inexplicable el amor que siento por las palabras escritas sobre un papel, que no sabría cómo describirlo. Aunque, podría llamarlo «una obsesión», ya que el efecto que los libros producen en mí, va más allá de un simple amor. Es una obsesión que no sé cómo se desarrolló y que tampoco podría describirla en palabras, pero es mi obsesión, y me encanta y no pienso hacer nada al respecto.
Aburrida de dar vueltas sin sentido por las mismas calles, decido ir a una librería que vi por el centro hace unos días. Seguro no tiene mucha variedad de libros, pero tal vez podría encontrar algo interesante.
Camino sin recordar bien la dirección de esa librería que vi, pero confiando en mi "buen" sentido de la orientación. Luego de unos minutos, cuando comienzo a sentir que me perdí entre en las calles de este pueblo, veo un cartel que me resulta familiar. Boulevard libros. Esa es.
Abro la puerta y entro en la pequeña librería. Miro alrededor y solo veo montones y montones de libros cubriendo las repisas sobre la pared y el largo mostrador que tengo enfrente de mí. Todos están un poco desordenados y la mayoría parecen ser viejos.
—¿Hola? —digo/pregunto con el fin de saber si hay alguien que trabaje acá y me pueda ayudar. No estoy buscando nada en particular sinceramente, pero me gustaría saber qué novelas juveniles de amor tienen a disposición; así evitaría la búsqueda por repisas que no tengan nada que ver con ese tópico.
Una señora aparece detrás del mostrador entre los montones de libros apilados. Los corre a un costado y cuando ya no hay tantos libros cubriendo el mostrador, comienzo a mirarla detenidamente. Es una mujer de unos cincuenta o sesenta años seguramente, no más. Es rubia, con algunas canas cubriendo su cabellera que le llega hasta la mitad del pecho más o menos. Tiene unos ojos verdes hermosos y unas facciones muy lindas... podría decir que hasta me recuerda a alguien, pero ¿a quién exactamente?
«¿A quién mierda me recuerda? ¿A qui...» Ya sé, bueno, es una posibilidad, pero tiene un gran parecido a Casy. Sus ojos son tan iguales que asustan y las facciones son muy parecidas, por no hablar del color de cabello. ¿Será la tía de Casy?
Casy. Es imposible sacármela de la cabeza; no importa lo que haga siempre algo, una situación, alguien o mis propios pensamientos me recuerdan a ella.
—¿Hola? —me saluda la señora que tengo enfrente, y puedo notar por su tono de voz que no es la primera vez que lo hace.
—Oh, hola. Estaba buscando novelas juveniles de amor, ¿tiene alguna? —pregunto con el tono más amable que puedo.
Sin siquiera responderme sale de la habitación, con cara de pocos amigos. «Sin dudas Casy no heredó su amabilidad de ella...» Aunque puede que ni siquiera sea la tía. Es decir, hay millones de personas rubias de ojos verdes que no son parientes, por supuesto. Pero esas facciones... las malditas facciones no mienten.
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La tormenta perfecta en una habitación serena
RomanceHannah Rivero es una chica solitaria de 16 años que nunca ha tenido amigos y que ha sufrido mucho a lo largo de su corta vida. Sin embargo, su sueño más grande desde que era una niña es tener una mejor amiga, un sueño que espera cumplir al entrar en...