HURRICANE, james potter ✓

━━ TWENTY FIVE

┏━━━━━━༻❁༺━━━━━━┓ CAPÍTULO VEINTICINCO
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NADIE HABÍA ANTICIPADO QUE OLIVIA KINSLEY seria el tipo de chica que siempre desea el toque físico. Quizás sea porque es algo que le faltó en su infancia o quizás porque estuvo escondida en su caparazón por mucho tiempo, pero por alguna razón, James Potter no se queja.

Adora la forma en que su mano parece siempre alcanzar su mano o cómo su espalda siempre está presionada contra su pecho y cómo sus dedos siempre están enterrados en su cabello.  Incluso solo unos días después de su relación, está claro que su lenguaje de amor es el contacto físico.

Ella muestra su adoración a través de toques y besos suaves y James está seguro de que nunca ha sido más feliz en su vida. Con ella, es fácil olvidar todo. Cuando están en su sofá, sus extremidades entrelazadas y compartiendo suaves besos, es fácil sentirse como si fueran las únicas personas en el mundo.

Sin embargo, se vieron obligados a salir de la comodidad de la mansión Potter para asistir a una clase de crianza muggle ya que no pudieron encontrar uno mágico considerando que todo está cerrado debido a que mañana es víspera de Navidad.

Kat tuvo la amabilidad de llevarlos, así que ahora la pareja estaba sentada en el suelo con las piernas cruzadas, James agarrando un chocolate caliente mientras que el de Olivia era té verde.

—Pruébalo—dice James, ofreciéndole su bebida para que tome un sorbo, sabiendo que es el tipo de cosas que le gustan

Él ignora la mirada que se les envía. Mientras que los otros padres usaban pantalones de color caqui con su cabello calvo, James usaba pantalones de mezclilla sencillos y una camisa combinada con una chaqueta de cuero para combatir el aire frío del invierno.

La clase acababa de terminar, pero nadie se había ido todavía, todos esperaban a que terminara la tormenta de nieve para poder irse. Los otros padres que los rodeaban tenían quizás el doble de edad, pero ni a James ni a Olivia les importaba.

—Me gusta—dice Olivia antes de fruncir el ceño—Debería haber pedido lo mismo

—Dámelo—le toma el té y le da su chocolate con leche—Cambiemos

La brillante sonrisa que cubría su rostro fue suficiente para que James se olvidara del hecho de que odiaba el té verde. Ella le da un beso en la mejilla.

—Gracias.

Él le sonríe antes de mirar a su alrededor para ver si alguien puede escucharlos. Él debate si debería hacerlo, finalmente hablar con ella sobre algo que lo había estado molestando sin cesar.

Él sabe que quizás una habitación llena de muggles no es el mejor lugar para hablar, pero no puede evitar que no le importe en este momento. Se pregunta si ahora es el momento adecuado para hablar de ello, pero sería el único momento que tendrían juntos.

Desde que habían llegado el resto de sus amigos, la pareja siempre está rodeada y James no está dispuesto a contarles a todos un secreto que ella había confiado en él lo suficiente como para compartirlo con él. 

—Liv—llama su atención, su voz tiene un tono de urgencia—¿Qué pasó en el orfanato? Tienes que decírmelo

James había intentado deshacerse de eso.  Realmente lo había intentado, pero su conciencia se negaba a permitírselo. Si su comprensión de la situación es correcta, Olivia había asesinado a cinco personas.

—¿Podemos hablar de esto en casa?—Preguntó, cualquier humor en su voz se había ido. James negó con la cabeza

—No. Tenemos que hablar de eso ahora. Solo dime lo que pasó, cariño. Cuéntame sobre esto. ¿Cómo terminó así?