Capítulo 16

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"Difícil seguir"

—¡Luna ya levántate!

—¡No quiero!— grité desde mi habitación tapada hasta la cabeza.

Doce días desde que Baji se fué y, yo estaba con mi humor y tristeza cerca de un desborde. Hace poco fue el día de su cumpleaños, quince cumpliría... Y le llevé flores al cementerio.
Era el escorpiano más cariñoso y dulce que había conocido.
Desde que decidió dejar este mundo, no recobré mi camino. Me sentía perdida, en un mundo lleno de almas caminando con un rumbo. Tan lamentable me sentía por depender tanto de su compañía y mi madre lo comprendía; comprendía lo que era dejar de amar de un momento a otro.
Mi madre y mi padre no querían verme mal para el día de mi cumpleaños, lo entendía pero era difícil saber que él no estaría a mi lado esta vez. Hasta cuando Keisuke estaba en arresto domiciliario me habia enviado una carta, haciendo presencia en mi cumpleaños pero esta vez no tendría nada.
Mikey y Draken pasaban cada día a verme aunque sea un rato, para comprobar mi estado, que no era nada bueno.
Incluso los Haitani vinieron a verme.
Emma junto a Hina también comenzaron a visitarme, todos los días. Ellas sentían compasión por lo me tocaba pasar y querían brindarme el mayor apoyo posible.

Una moto o mejor dicho dos comenzaron a hacer estruendo cerca de mi casa interrumpiendo mis pensamientos, las reconocía perfectamente.

—Ay no...— dije escondida entre sábanas.

Escuché la puerta de la entrada abrirse y a mi madre saludar alegremente. Para después oír pasos dirigiendose para mi habitación y cerrar la puerta. De golpe sentí un gran peso encima.

—¡Despierta dulce Luna!

—¿Salimos a pasear?

Ignoré sus voces, poniendo mi almohada sobre mi cabeza mientras seguía en posición fetal. Sentí una mano en mi cintura, otra en mi brazo, otra en mi cadera y la última en mi muslo. Comenzaron a moverme repitiéndo mi nombre varias veces.

—¡Ya!— exclamé destapandome para dirigirme a mi baño, poco me importó que me vieran en calzones. —¡Me baño y salimos!— avisé.

Estos probablemente festejaron porque lograron su cometido, entre al baño notando en mí unas enormes ojeras e hinchazon en mis ojos presentes por no dormír bien. No me quejaría de mi apariencia, sabiendo mis hábitos adquiridos durante estos dias. Me bañé, me puse mis cremas hidratantes y salí para mi habitación en toalla, los hermanos quedaron impactados mirándome.

—¿Qué hacen?— dije mientras rebuscaba en mi cajón con ropa interior. —Largo de aquí.

Ambos chicos salieron y me dejaron sola mientras me cambiaba. Tomé un conjunto deportivo, la campera era corta al igual que mi camisa dejándose notar parte de mi vientre y el pantalón ajustaba bien mi cuerpo. Coloqué mi zapatos y salí de la habitación.

—¿Donde vamos?— pregunté colocando mis aretes.

—Queriamos llevarte a comer ramen.

—En realidad, queríamos preparartelo— dijo. —Dile la verdad Smiley.

—¡Oh que bien!— sonreí levemente. —Vienen a llenar mi estómago, entiendo...

Entonces mi madre se los dijo...
No estuve comiendo bien desde lo que pasó, tan solo cenaba y era una obligación que tenía conmigo misma. Tuve un par de discusiones con mi madre por aquello, era algo que ella no podía permitirse; que su hija no quiera comer en sus narices.

—¡Oye!— llamó Smiley. —Creeme que cocinamos genial.

—No nos tienen confianza porque dicen que destruiriamos la cocina— comentó Angry.

𝙑𝙞𝙫𝙖 || Tokyo Revengers [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora