𝙑𝙞𝙫𝙖 || Tokyo Revengers [+18]

Capítulo 17

"Skinny love"

Caminaba con bolsas del supermarket, mi madre me había pedido que haga las compras del día debido a que ella estaba ocupada atendiendo a mis familiares recién llegados.
Gerardo mi perro, caminaba felizmente a mi lado. Parecía saberse de memoria las calles por las que transitaba, tanto tiempo el la calle habria sido duro para un pobre canino como él. Mi padre me contó que el veterinario dijo que tenía unos cuatro años de edad.
Una moto comenzó a retumbar en mi oído, no era ninguna conocida por lo que seguí caminando hacia mi casa.

—¡Hola linda!— paré en seco para girarme y encontrarme con el líder del antiguo Moebius y ahora comandante del Valhalla.

—¿Que quieres líder del Valhalla?

—Sub líder, cariño— corrigió.

—Me sigues hablando de esa manera y no dudaré en tirarte una lata de atún por la cabeza— éste comenzó a reír.

—Me gustas...— murmuró sonriendo, aunque lo escuché igual. —Mi nombre es Hanma Shuji, un gusto— extendió su mano hacia mi esperando a que la tomara.

—Me da igual— retomé mi camino.

—¡Oh preciosa!— exclamó. —No me dejes así, dime tu nombre al menos.

—¿Para qué quieres saberlo?

—Curiosidad, no creo que te llames Tenshi— afirmó, siguiendo con su moto. —¿Necesitas que te acompañe a casa?

—No. Como ves soy una mujer independiente con un monstruo protector— apunté a Gerardo quien perseguía su propia cola. Que gran ocasión para hacerlo...

—Si...— rió. —Un mounstro muy salvaje.

—¡Gerardo attack!— paré en seco y el perro solo se detuvo a mirarme, no tiene caso. —Por lo menos paró...

—Ya— volvió a hablar el chico alto, prendiendo un cigarro. —¿Me dices tu nombre o lo descubro por mi cuenta?

—Haz que sea interesante el conocerte, no fueron buenas momentos en los que estuviste involucrado, ¿sabes?— el canino comenzó a tirar de los cordones de mi calzado. —Si me disculpas mi perro quiere que lo lleve a casa así que— lo mire por última vez, para sonreírle y guiñar mi ojo izquierdo. —, nos veremos luego Hanma Shuji.

Retomé mi paso, en dirección a mi hogar que, lamentablemente estaba invadido de personas. Al llegar la puerta se abrió sola y salió mi madre quedando ambas fuera de la casa.

—¡Necesito huir, no soporto mas a tu abuela!— me tomó de los hombros. —Diles que me llamó la vecina, estaré en el patio, cuidando el jardín— el perro la acompañó.

—¡Esta bien ma!— respondí e ingrese para dejar las compras en la cocina.

—¡Qué bueno que llegaste!— gritó la abuela detrás de mí haciendo que me sobresalte. —¿Cómo está la única nieta que tiene futuro en esta familia?

—Ay abuela— reí. —Que cosas dices...

—Mirate, tan perfecta tú— me señaló. —No llevas tatuajes, ni esos aros locos que se ponen todos— dijo con horror, yo asentía dándole la razon, me había quitado el aro de la nariz antes de que ella venga y como comenzaba a hacer frío no usaba camisetas cortas. —¡Qué asco!

—No digas esas cosas, a mi me parecen bonitos abuela...

—¡Por favor no tú!— me tomó de los brazos. —No te hagas mimo como tu primo— pidió.