ONE SHOTS [Daryl y Merle Dixon]

🍻El "Destino"🍻 (¿Volumen 1?) *modificado*

~Merle Dixon (X) Lectora.~

Llevabas un par de años siendo pareja de este viejo. La verdad es que te llegaba a agobiar aveces. La historia de vuestra relación era extraña.

Aclaremos que a ti te atraía y te llegaba gustar un poco ese señor. Pero el viejo se había enamorado. Merle era un tipo que no había tenido nada remotamente parecido a una relación en su vida. No creía en el amor. Pero cuando te conoció...

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Estabas en un bar de noche, con tus amigas. Llevabas un vestido rojo oscuro escotado y corto, pegado al cuerpo. No es por echarte flores, pero estabas hermosa esa noche,  bellísima. Parecías una estrella de cine.

Aunque ni siquiera te esforzaste tanto arreglándote...

Pero Merle desde otra mesa estaba hipnotizado, no había tomado ni un sorbo de su cerveza. La cual había llegado a su mesa hace 20 minutos ya, tampoco escuchaba las estupideces de sus compañeros en la mesa. Casi se le caía la baba.

Llevabas yendo regularmente a ese sitio desde hacía unos tres meses. Y siempre que entrabas por la puerta del local sentías una mirada sobre ti. Nunca averiguaste de quién se trataba, tampoco te importaba.

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Era la primera vez que al mayor de los Dixon's le avergonzaba algo o alguien, era primera vez que la simple presencia de alguien, con quien no había hablado, lo ponía nervioso. Y tras comerse la cabeza una cuántas semanas. Cayó en que estaba flechado.

Merle Dixon, no era un hombre sexualmente activo entonces. Había intimado en los últimos 10 años con apenas 4 tal vez 5 mujeres. Las cuales nunca regresaban por lo mal que las trataba Merle posteriormente. Yque no estaba interesado ni le gustaba tener a gente cerca suyo. Hacia ya años de sus últimos encuentros sexual. Que habían sido una mierda dicho por palabras suyas, ya que tuvo que tomar divertidas sustancia para animarse. Porque si no, ni de coña. Incluso llegó a pensar que al estar ya con unos años encima su miembro había dejado de funcionar. Poco o nada lo excitaba y ya le daba igual.

¡Pero aquí entras tú, cariño! Desde que te acosaba en ese bar. Había tenido múltiples erecciones debajo de la mesa. Algunas tardaban más de una hora en desaparecer. Su sangre bombeaba con agresividad por todo su cuerpo y sentía escalofríos cuando sonreías por cualquier cosa. Y aun no sabía ni tu nombre. Maldito viejo pervertido.

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Temía acercarse a ti. Le apenaba su edad, ropa, voz, vida y pintas. Todo básicamente. Aparentabas ser de una clase social mucho más alta que el. En realidad no lo eras, para nada, eras de lo más normal económicamente hablando. Pero el así lo veía.

Frustrado, agobiado y harto de esa sensación imposible de saciar. Decidió hablarte, no tenía esperanzas de nada, no quería conseguir nada. Pensaba que eras una niña pija y rica, solo buscaba que lo tratases mal para así olvidarse de ti y también, porque no, odiarte un poco. Pero le salió el tiro por la culata.

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Alguien se sentó a tu lado. Estabas en la barra tomando un cóctel y la silla donde se sentó este sujeto estaba muy cerca, casi tocaba tu muslo con el suyo.

Volteaste la vista para ver a ese atrevido y muy posiblemente hombre a tu lado. Pero te sorprendió. Era un hombre maduro muy atractivo a tus ojos. Te sonaba de haberlo visto frecuentar en el sitio. El tenía un trago en la mano y al notar tu mirada en el conecto sus ojos con los tuyos.