—¡Hyung! —Doyoung con ahora trece años corrió por toda la sala de su casa hasta llegar a la cocina donde su niñero preparaba la cena. —¡Cásate conmigo!
Eso hizo que Johnny escupiera la salsa que estaba probando. —¿Qué?
—Cásate conmigo.
—Pensé que se te había olvidado eso —Johnny apagó todo y se agachó a la altura de Doyoung. —Mocoso, no me voy a casar contigo, eres como mi hermanito menor.
—¿Por qué?
—Te sigo llevando muchos años y sigues sin ser capaz de madurar, a eso le agregamos que no eres mi tipo —bromeó.
—¡Yo puedo ser tu tipo!
—Lo dudo, mocoso, ahora vete a lavar las manos que ya vamos a cenar.
Doyoung lo iba a volver loco con sus raras ocurrencias un día de estos.