Quince años y Doyoung está solo en su hogar esperando a que alguien venga a desearle un feliz cumpleaños.
—Doyoung —Johnny se acercó al chico que estaba casi durmiendo sobre la mesa, ni siquiera había tocado su pastel. —Vamos, tienes que irte a dormir, ya es muy tarde.
—No van a llegar ¿Verdad? —el adolescente miró a su niñero con tristeza y este negó. —Buenas noches, John.
Doyoung se levantó del lugar mientras tallaba su ojo y caminó a las escaleras a un paso lento.
—Doyoung —llamó Johnny, verlo así le hacía sentirse muy mal. —¿No se te olvida algo?
—Hyung —Doyoung volteó en dirección a su niñero con los ojos llorosos. —Cásate conmigo.
Y Johnny sonrió. —Buenas noches, Doyoung.
—Buenas noches.
Tantos años y Johnny seguía viéndolo como su hermanito menor.