Veinte años y al parecer Doyoung no planea rendirse por nada del mundo.
—Doyoung, por favor, solo venimos a comprar pan —se quejó Johnny cuando el niño que le gustaba se había ido a recorrer todos los pasillos del supermercado. —Tu padre te va a regañar si se entera de que traes a tu pobre guardaespaldas dando vueltas como idiota.
—Cállate, esclavo —Doyoung llegó al pasillo que quería y metió un par de bolsas de dulces al carrito. —Ya casi es jalowi —dijo en un tono que hizo que Johnny casi se desmayara ahí mismo.
—Me gasto todo mi sueldo en ti, que lo sepas —le regañó Johnny una vez que salieron del supermercado.
—Hyung —Doyoung lo tomó de la mano. —Cásate conmigo.
—Cuando dejes de pedirme cosas, me dejarás en bancarrota a este paso.