—¡Hyung! —Doyoung llegó de la escuela y fue corriendo al patio para encontrarse con Johnny. Catorce años y seguía con la misma energía que de niño. —¡Cásate conmigo!
Y Johnny dejó caer su escoba. —Doyoung, por dios.
—Tengo catorce años y un excelente promedio, te puedo mantener en un futuro —el pelinegro hizo una pose de superhéroe. —Please.
—Estás loco —Johnny le dió un pequeño golpe en la cabeza. —Ya te dije que no, si tu padre llega a escuchar me va a medio matar, no quiero problemas.
—Mi papá ni siquiera está en casa, ambos se la pasan por ahí disfrutando de su vida y se olvidan de que tienen un hijo —a Johnny le dolió un poco que Doyoung ya fuera consiente de ello. —Cásate conmigo.
—Ve a quitarte el uniforme, haremos la comida.
—Te odio.
Doyoung no se rendiría, claro que no.