Meet the playboy

Capítulo XII

UNA SEMANA DESPUÉS.

Kai ya estaba en el internado, con las maletas en la mano, hablando con su nueva directora.

-Te va a encantar eso, hay muchas zonas verdes, está permitido entrar en el bosque pero no sobrepasar las fronteras, a menos que lo hagas con gente autorizada, este sitio es muy grande y los alumnos son muy agradables. El desayuno es a las siete y media, las clases empiezan a las ocho y media, terminan a las dos y media y a las tres menos cuarto es la comida- Kai asintió- compartirás habitación con un chico que llegó de Corea hace cosa de una semana, decidimos ponerte con él porque sois procedentes de Corea pero él ha vivido muchos años en Estados Unidos, así que aprenderás muy bien el idioma.

Kai miró a la directora.

-Te enseñaré tu habitación y te presentaré a tu compañera.

-¡Por favor!

Lo guio hasta las habitaciones, la mujer llamó pero nadie contestó.

-Estará en la biblioteca...

-Entraron y vieron que todo estaba colocado al milímetro.

-Es muy ordenado... bueno, él escogió la cama de la izquierda, así que la de la derecha es tuya. Ese es el baño sólo con retrete, las duchas son comunitarias. Y ya está. Alguna duda, consúltasela a tu compañero, o algún profesor.

-Gracias.

-¿Te dejo la puerta abierta o te la cierro?

-Déjela abierta, quiero esperar a mi compañero.

-Está bien. Bueno... bienvenido, pues.

Kai entró en su habitación y se giró de inmediato al escuchar la puerta de su cuarto chirriar.

Se quedó de piedra al ver a Kyung Soo, detrás de la puerta, cerrándola lentamente. Una vez que esta se cerró, el chico echó el cerrojo y se acercó a peligrosamente a Kai con una mirada que nunca había visto en él.

-Kyung Soo...

¡Zas! La bofetada que el chico le soltó resonó en toda la habitación.

-Me puedes explicar que es eso de que me detestas.

-Sé que mi hermana te lo explicó.

-Explícamelo tú.

-¡Estoy enamorado de ti y, por primera vez, no pensé en mí!

Aquello no ablandó al chico.

-Túmbate.

-Kyung Soo...

-Túmbate... conmigo.

Kai se tumbó en la cama y Kyung Soo se tumbó encima de él, al poco, ya se estaban besando y Kyung Soo le estaba desnudando.

-Date la vuelta...- susurró Kyung Soo- ponte a cuatro patas...

Kai le miró con desconfianza. Cierto era que había hecho muchísimas cosas a lo largo de su corta vida, pero lo que Kyung Soo se disponía a hacerle, jamás.

-Haré que merezca la pena- susurró el chico lamiendo sus pezones y acariciando su miembro.

Sin poderlo evitar, Kai accedió. Notó como Kyung Soo besaba sus hombros, su espalda, sus lumbares, sus nalgas, notó como las separaba y notó como lamía a toda velocidad su entrada.

-Kyung Soo...

Kai se apoyó en los codos, jamás le habían hecho aquello y, aunque no lo quería admitir, lo estaba disfrutando.