☽ℬ𝑒𝓈𝑜 ℳ𝒶́𝑔𝒾𝒸𝑜 ☾- (Goldric)- TOH - [CANCELADA]

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Alegre, amable y lleno de energía era como los guardias conocían al pequeño sobrino del emperador, siempre llevando alegría y sacando más de una sonrisa con su presencia. Los guardias se habían acostumbrado al no ver el rostro del pequeño, solo a escuchar su dulce y alegre voz, llena de emoción y admiración hacia todos. El Guardia Dorado era como actualmente era conocido el pequeño con nueve años de edad y aunque este tuviera un puesto superior al de la mayoría el rubio siempre los trataba con respeto, aveces hasta les hacía dibujos a los guardias reales, a su mentora Lilith, a su amienemiga Kikimora y a su tío Belos. La alegría y la felicidad que emanaba el pequeño podía alegrar a cualquiera que se lo topase, ganándose el respeto y cariño de sus mentores y  guardias.

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Lápices de colores, papeles y lápices se encontraban tirados en aquella habitación. Entre aquella pequeña casa de mantas y almohadas se encontraba un pequeño rubio haciendo garabatos y figuras, murmurando que era su tío. Hunter quería a su tío aunque este le golpease, el era su única familia que aún seguía viva, y aunque el emperador no lo demostrase, también le tenía aprecio a Hunter pues era casi como su hijo. El rubio grito un "listo!" lleno de emoción, poniéndose su máscara dorada y dirigiéndose a la habitación de su tío con una hoja llena de garabatos en ella. Eran de tarde, estaba anocheciendo así que de seguro su tío estaría en su habitación tratando de curar aquella verde marca que empezaba a crecer por su cuello. 

El castillo estaba lleno de guardias, algunos cerraban turnos y otros empezaban. El castillo siempre en movimiento, alumbrado por fuertes hechizos de luz. El rubio vio a Kikimora hablar junto a unos guardias y emocionado la llamo.

—Kiki!— grito emocionado mientras corría hacia ella.

La Demonios enana solo volteo su mirada encontrándose con que el niño se le enarcaba y solo pudo dar un gesto de desagrado y decir— Ugh, otra vez tu— hizo una seña a los guardias con los que hablaba para que se retirasen para asi poder hablar a solas con el Guardia Dorado. —Que quieres niño?— pregunto algo molesta mientras lo miraba con superioridad.

—Kiki, te hice un dibujo!— dijo el rubio mostrándole un dibujo en el cual estaba la Demonios de rojiza piel haciendo un aro de luz en el aire, y al fondo se veía un pequeño Hunter con una mirada de asombro y admiración hacia ella.

La demonio solo pudo sonrojarse y tomar el dibujo— Gracias niño, a-ahora desaparece de mi vista!— grito la demonio antes de salir avergonzada y alagada del lugar.

El pequeño solo sonrió bajo su mascara y se dirigió a la habitación de su tío, saludando muy alegremente a todo a quien se encontrase, vio como su  mentora llegaba con rasguños y algunas hojas en su desordenado cabello. Curioso se acerco a ella y jalo su tunica para llamar su atención.

—Señorita Clawthorne, que le a sucedido?— dijo ladeando su cabeza.

—Oh! Guardia Dorado, disculpe mis modales, no le vi llegar— dijo la joven de azules cabellos. —Pues verá, hoy intente hacer que mi hermana Edalyn se uniera al aquelarre del emperador, pero es muy terca y parece que consiguió una nueva mascota—dijo la bruja abriendo la puerta que daba a su habitación. —Por cierto Guardia Dorado, debería dormir, ya es tarde y no quiere que los talismanes salvajes muerdan sus dedos, o si?— dijo la bruja Clawthorne con un tono divertido.