Capítulo 6: Probar.

9.3K 982 518
                                    

Katsuki miraba a su hembra, que se estaba sirviendo en bandeja de plata ante él, era increíblemente delicioso.

El rubio se agachó entre las piernas pelpudas del pecoso, podía oler a la perfección como el lubricante natural del menor salía de esa deliciosa entrada rosa y mojaba un poco la cama.

—Me encanta tu aroma, es delicioso y quisiera comerte todo el tiempo.- el rubio se acercó a la fuente de ese aroma, sacó su lengua y la pasó por uno de esos muslos suaves.

Izuku gimió bajito, era asombroso ver la longitud de esa lengua, era grande, y sabía que la iba a disfrutar bastante. El Omega se recostó sobre la cama, dejando todo el espacio libre para que el rubio pudiera hacer lo que quisiera.

—También me gusta cuando te rindes ante el placer, pasó la primera vez, y ahora lo haces de una manera más voluntaria.- murmuró el rubio con una sonrisa malvada, Izuku gruñó por lo bajo, la primera vez se había llevado el susto de su vida.— ¿Que te dije sobre gruñirme?, Parece que aún no has entendido lo que significa ser una buena hembra.

¿Una buena hembra?, ¿Cómo ese tiempo donde las mujeres tenían que hacer todo lo que decían los hombres sin poner objeción?, Más bien, seguía ocurriendo con los omegas, desde siempre, y aunque las leyes habían cambiado mucho, aún las cosas seguían siendo una enorme desventajas.

¿Katsuki quería que fuera así?, Ja, que sigues soñando, siempre soñó con ir al espacio y ver las estrellas más de cerca, pero nunca firmó nada donde decía que tenía que estar al cien por ciento a las órdenes de un lagarto extraterrestre, aunque éste dijera que lo quería.

—¡No, Kacchan es malo, y por eso tengo derecho a gruñirle!- Izuku envolvió sus piernas alrededor de la cabeza del rubio, fue algo sorpresivo para el rubio.

Pues se estaba tomando su tiempo para saborear por los lados a su hembra tranquilamente, pero de repente su cabeza fue empujada directamente hacia la entrada del Omega.

Su hembra tenía carácter, le encantaba. Dejó que su lengua entrase a ese agujero rosa, hasta el fondo de una vez, sacando más de un gemido del menor, estaba lleno de júbilo, aún así, el pecoso no aflojó su agarre con sus piernas, es más, le apretaba queriendo que su lengua fuera más al fondo.

Esas deliciosas piernas podían ser suaves, pero eran poderosas. Lo amaba aún más, era increíble y delicioso. Katsuki pasó sus manos por debajo del Omega para elevarlo un poco.

De esa forma Izuku sintió como la lengua del rubio iba más profundo en sus paredes internas, estiró sus manos tratando de agarrar el cabello del rubio, pero lo más próximo que agarró fueron esos cuernos que salían de su cabeza, eso hizo que el rubio dejara salir un gruñido de placer.

—¡A-ah, se siente tan…!~- de alguna forma era parecido a una polla, no estaba seguro de cómo se debía sentir una lengua normal, pero de esa forma sin duda no era.

Era algo áspera, larga, podía tocar su punto dulce y hacerlo gemir con fuerza, podía sentir como la lengua se frotaba contra sus paredes y absorbía con fuerza, pareció avivarse cuando agarró al rubio por los cuernos en su cabeza.

Aunque fueran de huesos, eran sensibles y Katsuki lo sabía, la sensibilidad en ellos aumentaban en la época de apareamiento entre su especie, o eso le habían dicho al rubio cuando estudiaba.

Era como un método que usaban las hembras para excitar más rápido a sus machos cuando estaban necesitadas. 
Y aunque el rubio sabía que el pecoso no lo hacía a propósito, ni sabía que hizo exactamente, eso no impidió que su polla saliera lista para la acción.

—¡Ah!, ¡Voy a…!- Izuku arqueó su espalda cuando sintió como una corriente eléctrica de placer creció desde su vientre y lo sacudió desde la cabeza hasta los pies.

De las estrellas. (Katsudeku./Omegaverse.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora