¡Yo si aprendí a quererte!,
a no esconder sentimientos, a sujetarme
de los versos en que te pienso,
de los poemas en los que procuro
rescatarte del olvido,
¡de una vez y para siempre!
con el recuerdo muerto de lo que
no escribo, de lo que intento no decir
en silencio, mientras te observo
calladamente, en las poesías no escritas,
en las palabras no dichas...
¡Yo si aprendí a quererte!,
porque no guardo dolor alguno,
aún cuando tus álas de ángel caído,
me hirieron al abrazarte en tu caída...
Procuré curarte lentamente, sin prisas,
pretendiendo que esa eternidad perdida
fuera lo menos dolorosa,
¡tan insoportable para ambos!
Intenté apartar el sufrimiento
de tus sueños, ¡sin miedo y sin plegarías!
en la última ventana intacta
que le quedaba a mi alma.
¡Yo si aprendí a quererte!,
a rescatarte del olvido, ¡de la lejanía!,
¡de la indiferencia!, con la cual te observaban
el resto de los seres humanos.
Aprendí a no pretender que te quedaras
para siempre, a sonreír tristemente,
mientras retomabas tu vuelo...,
con tus álas intactas y acendradas...
¡ Yo si aprendí a quererte!,
cuando me dijiste adiós,
con la mirada iluminada de girasoles
y lágrimas de alegría...
ESTÁS LEYENDO
Sempiterno..., lo que rescatamos del fuego...
PoetryEl estaba ahí..., desnudo de toda esperanza a principios de marzo del 2016..., sin que la espera le doliera..., sin que la nostalgia le incomodara..., sin que el silencio intentara aburrirle o atormentarle..., sabía que algún día ella llegaría a su...