Sempiterno..., lo que rescatamos del fuego...

Presencia

Después de un día largo, aburrido, monótono..., de cierta forma innecesario..., me siento y dialogo en silencio conmigo mismo; hablamos sobre ti y éste presente..., sigues en el..., intacta cómo eres..., con tu sonrisa de domingo..., con esa mirada tuya reflejando marzo..., con tus besos que me saben a girasoles..., con tus alas que arropan mis poemas..., las palabras que te nombran sin prisa,mientras tus labios dibujan un cielo en los míos, que invariablemente te sueñan, te piensan y se desvelan con tu recuerdo. El futuro, aún aguarda...,sabiamente, espera pacientemente, de vez en cuando, quizás sin proponérselo nos ilumina de sueños, de ilusiones, y también de unos cuántos temores y dudas. Nos abre las ventanas del tiempo, permite que veamos a lo lejos la vida, esa cosa mágica que nos obsequió Dios, para que intentemos darle forma, cada quien a su manera le dibuja un destino, le traza un camino, ¡dónde no existen atajos ni retornos!, dónde no hay lugar para quedarse quietos, ¡para saberse sabios!, ¡para sentirse eternos! El pasado nos observa de reojo, sonríe y se alegra de nuestras locuras, de nuestras hazañas; nos obsequia un segundo para escoger recuerdos..., para aprender de las derrotas, para valorar nuestras victorias. En todos los tiempos, ¡aún verbales!, ¡estás tú!, aún en éste momento de cansancio, de noche sin poder dormir, ¡de hastío! Eres éste presente y pasado, ¡te pienso!, ¡te extraño!, deseo que tu presencia sea el más largo de todos los futuros...