Capítulo 3

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Ya se deben estar cansados de que les repita lo mucho que Taehyung Leroy amaba ser el centro de atención

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Ya se deben estar cansados de que les repita lo mucho que Taehyung Leroy amaba ser el centro de atención. Pero creo que fue hereditario.

Así que hablemos de su nacimiento. Los ojos del pueblo dejaron de prestar atención a la reina embarazada para ver al bebé de cabellos castaños y dichosas mejillas sonrosadas. Creció entre las personas más egoístas del mundo y las más humildes también.

Los sirvientes lo trataron como un hijo, pues su madre lo rechazaba y su padre estaba más ocupado visitando a sus amantes en las tardes. El pobre príncipe se quedaba con los pies hundidos en la orilla del mar detrás del castillo mientras comía un pedazo de torta de naranja que Jin solía prepararle para que tuviera señales de que es querido y apreciado.

La atención llegó a mayor cantidad cuando Namjoon le enseñó a cabalgar y cuidar de los caballos. Solía pasear por la ciudad con Narciso –el caballo marrón con el que me recibió en la playa–, todos susurraban entre ellos su nombre mientras lo miraban con asombro.

Al mismo tiempo, aprendió a tocar el piano. Jin en sus tiempos le enseñaba todo al respecto –la postura, las composiciones y cómo leerlas– hasta que le consiguieron un instructor que pulió todo lo que Taehyung aprendió. No había día que no tocara el piano o el órgano, en especial si había visitas.

Quiso ir por algo más grande cuando cumplió dieciocho años. Buscó a una mujer a las afueras de su reino. Tuvo su primera relación sexual en un toldo de manera clandestina, él lo describió como emocionante.

Siempre iba a por más atención, en especial la que le era desconocida.

Por eso, me fue una salvación que Jimin me informara que él estaba en busca de mi atención y por supuesto que yo se la daría con tal que él me diera más información. Claro que no le iba a decir eso, sino que me iba a volver un buen confidente de su majestad.

Desayuné en mi habitación como acostumbraba al tener que traducir las cartas que se iban acumulando cada día. Las entregué y luego caminé hacia el establo donde el príncipe me había citado.

Cuando llegué, me paré en la entrada de la gran puerta. Avancé y vi a cada caballo, estaban bien cuidados. Taehyung estaba al fondo con uno que ya estaba listo para ser cabalgado y le preguntaba cosas como "¿Quieres una zanahoria?" o "¿Está muy ajustado?", una escena muy tierna.

Tosí para llamar su atención.

—Buenos días, príncipe —saludé y di una reverencia hacia él.

Leroy me miró asustado, había entrado callado al lugar.

—Dios mío, da Costa, eres muy silencioso, ¿desde cuándo estás ahí? —cuestionó nervioso.

—Recién llego, majestad.

Un sirviente que no había visto, apareció a mi costado sacando otro caballo, ese era de color blanco, también estaba listo para ser cabalgado.

Cuando vi el porte de los caballos, me dio miedo empezar con el entrenamiento. Eran animales imponentes que supuestamente yo debía manejar.

El Príncipe Perdido | TaeKook/KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora