"Una historia donde el egoísmo se enamora de la pureza".
Después de la muerte de su padre, juró vengarse de los humanos.
Jungkook salió a la superficie después de mucho en forma de humano en busca de aquellos quienes antes mataron a su progenitor y...
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El príncipe me dijo que las semanas que pasaron después se sintieron maravillosamente lentas, no se preocupaba tanto por el batallón, se sentía a gusto conmigo y el único problema que tenia era el tiempo que pasaba con Brigitte, a pesar de que pasara más tiempo con ella fue su idea, su dolorosa idea.
Sobre el tiempo, pasaba lo contrario conmigo. Para mí esas semanas pasaron rápido, tan pronto como era lunes ya era lunes de nuevo.
Una cosa hizo parar la rapidez en los días: las palabras de Yoongi.
Una noche fui a verlo luego de tres semanas. Le di un abrazo al verlo y esperé a que hiciera té para ambos para darle todos los detalles que tenía hasta entonces.
—¿Matar al rey? Eso nos beneficiaría —dijo Yoongi luego de explicsrle la parte más importante—. Pero es tonto planearlo por parte de ellos, se están saboteando.
—La ambición de la reina es mucho más grande al parecer. Quiere tener el poder de todo y quién sabe por qué otras razones más. Quizá debería hablarlo con el príncipe.
—¿Eso significa que el príncipe se convertirá en rey antes de tiempo?
—Sin esposa no hay coronación —imité las palabras que oí decir a la reina—. Me alegro por eso, a decir verdad.
—¿Por? El que el príncipe Taehyung sea rey nos beneficiaría como no tienes idea, habría una gran pelea del poder entre él y la reina además de que él no podrá manejarlo, estaríamos a gran ventaja para ganar.
Mi instinto se prendió como llama en la oscuridad, seguro lo vio en mis ojos y por eso aparto la mirada. Desprecié su manera de hablar del príncipe, lo trataba como si él fuera un peón en la batalla, yo también lo había hecho antes de conocerlo. Pero una vez que lo entendí y supe que él no era un peón –él ni siquiera quería formar parte de la partida–, no quería involucrarlo más de lo que estaba.
Ya que él ya estaba en el juego, al menos quería protegerlo, no quería que formará parte más allá de proporcionarme información.
—No lo conoces, tengo mis razones —dije—. Él está roto.
—Y tú no debes repararlo.
Vi que sospechaba algo, contestó más rápido de lo que creí, parecía estar regañándome a la vez de que estaba pensando sobre lo que ocurría entre los dos.
—Yo no lo estoy reparando. Él solo está aprendiendo algunas cosas de mí.
—Cuidado con decir cosas que te pueden matar —contestó y se incorporó para ir por más té.
Bajé a la cocina esa noche. Ruidos provenientes de una sala me llamaron la atención. Como era de noche, sonaba un gran eco.
Caminé con una manzana en mi mano, fui hacia el ruido que me llamaban y al encontrar la sala abrí la puerta y encontré al príncipe encima de un banco, Belmont ponía piezas de tela en sus brazos que eran sujetados por alfileres.
