IV

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-Maldita sea- intento tapar con mi mano el sol que entra por la ventana pero no lo logro, me levanto en su direccion y la cierro con violencia, lo más que se puede con las cortinas.
-Cuanta furia- pegó un saltito al escuchar la voz de Michael riéndose de mi, me había olvidado por completo que el se quedo en mi habitación, se sienta reposando su espalda contra el respaldo y cuando la hace noto que no tiene puesta su camisa... Dios mios porfavor decime que no paso nada, no puedo dejar de mirarlo-¿te gusta lo que ves?- desvio mi mirada y empiezo a buscar la ropa que voy a usar el día de hoy, tengo que buscar un empleo o volver a casa esas son mis opciones, no puedo vivir mucho tiempo de arriba no seria lo correcto, elijo un vestido y me paro frente al espejo apoyandolo sobre mi, por el reflejo del espejo veo que se acerca a mi, toma mi cintura con sus manos y apoya su pera en mi hombro.-Me gusta, pero parece de vieja-
-Es un vestido para la ocasión- lo dejo sobre la silla
-¿Que ocasión?-  pregunta curioso
-Voy a salir buscar trabajo, ayer leí que en la escuela de la zona estan buscando una profesora- me señalo- y acá estoy- se sienta nuevamente en la cama, me mira de arriba a bajo hace  seña de que me acerque y obedezco, me toma desprevenida haciendome sentar encima suyo, intento pararme pero no me deja.
-Michael esto esta mal-
-Megan porque estaría mal?- intento no mirarlo para evitar mal entendidos-no me vas a mirar?-
-No salio bien la primera vez- respondo.
-Eso quedo en pasado, somos adultos no podes seguir pensando en eso- se rie
- De verdad te causa gracia?- me levantó de sus piernas- Michael era pura, y eso ni siquiera parecio importarte!- empieza a ponerse la camisa y los zapatos, abre la puerta para irse - Siempre haciendo lo que mejor te sale, irte- cierra la puerta a pasos fuertes se acerca tomandome con una sola mano barbilla, haciéndo que lo mire.
-Yo no te obligué a nada Megan- suspira, para luego soltarme.
- No te vayas!- lo agarro de su brazo- por favor no lo hagas de nuevo-
-Se que hice las cosas mal ese día, irme cuando te dormiste, ignorarte hasta que te fuiste, pero tenia miedo- estabamos ambos sentados en el borde de la cama, entre cierro los ojos esperando su explicación- si nuestros padres se enteraban, me iban hacer perdir tu mano y tu sueño de estudiar iba a quedar arruinado porque una mujer casada no tiene que dejar la casa-
-Te entiendo...- acomodó mi vestido con nerviosismo - siempre me volviste loca, y con el pasar de los años fue otro tipo de locura, verte con otras chicas hacia hervir mi sangre- el se ríe- pero no podia reclamarte nada, nunca estuve con nadie, fuiste el primero y el último...-
-Voy a llegar tarde...- se pone de pie acomodando su camisa, me acercó y ató su corbata- gracias, suerte en tu intento de buscar trabajo- va a moverse pero pone una mano en mi cintura, otra en mi cuello y me besa apasionadamente, se separa un centímetro de mi boca- deberia irme- y vuelve a poner sus labios en los mios, ahora sus dos manos estan en mi cintura apretandola ligeramente.
-No lo hagas- solo bastaron esas palabras para que me alzara haciendome enroscada mis piernas a su alrededor, apoya mi espalda contra la pared, y besa mi cuello, va subiendo un poco mi pijama, me despega de la pared y me tumba en la cama con sus piernas se hace lugar entre las mias, las caricias empiezan a subirse de tono cada  vez más y más, ya estamos en el momento en que ambos nos necesitábamos por completo, cuando la puerta se abre.
-Megan-  Poly gray entra sin golpear.
-Mamá!-  dice Michael, mientras nos paramos lo más rapido posible, tapo mi cara  con vergüenza
-Perdon pensé que estaría sola, ya que tendrias que estar en la oficina- dice mirando su reloj.
-Ya me iba- me da un beso rapido y se marcha dejandome a solas con ella.
-Tengo que cambiarme voy a buscar trabajo- intento cambiar de tema.
-Vine avisarte que voy llevarte- que? No era suficiente casi verme teniendo sexo con su hijo sino que iba a llevarme, capaz tengo ventaja de llevar a una Shelby.

Al parecer el verme llegar con ella hizo que me aceptaran de inmediato, no me gusta la idea de que me acepten por miedo pero cruzo los dedos para poder mostrarles mi verdadero yo y que sepan que no soy asi.
-Te felicito Megan vas a ser maestra- me dice una vez adentro de su auto- en esta escuela estudiaron Tommy, John y Arthur-
-Muchas gracias por todo- sonrio
-Porque no vamos a la oficina y le contas las buenas noticias a mi hijo se va a poner feliz- me gustaba esa idea
- Me parece genial- ya frente al gran edificio bajamos,al ingresar  veo a la misma mujer que me atendio la primera  vez.
-Señorita ella es Megan y va a pasar a ver a mi hijo Michael-
-Esta bien señora Gray- me hace seña para saber donde dirigirme- subi la escalera ultima puerta a la izquierda-
-Gracias- digo para luego dirigirme a su oficina, cuando estoy cerca de la puerta escucho ¿quejidos? Y luego gemidos, tomo aire y decido abrir la puerta, la imagen que veo me toma por sorpresa, Michael tomando fuertemente del pelo a una mujer que esta con su pecho desnudo apoyado en su escritorio gimiendo sin parar, me aclaro la garganta los dos me miran.
-Consegui el trabajo, solo vine a contártelo- me doy la vuelta y escucho los pasos torpes de el siguiendome
-Megan!- se pone delante de mi- despues de lo de hoy me quede con..
- No hace falta que me expliques anda, no puedo reclamarte nada,  seguí con lo tuyo, parece que asi van a ser las cosas Michael- sigo mi camino, y disimuladamente con la palma de mi mano limpio una lágrima rebelde que se quiere hacer ver.

Dulce maldadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora