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Abrí la puerta del auto y un frío horrible me recibió.

— Niña, ¿me va a pagar?, no tengo todo el día.

Le di el dinero al taxista y este apretó el acelerador, yéndose rápidamente del lugar.

Me quedé mirando como el viejo auto desaparecía entre los pinos del bosque y suspiré pesadamente.
No sé en que pensaban mis padres cuando decidieron mandarme a un pueblo en medio de la nada para terminar mis estudios. Sí, sospechaba desde hace un par de meses que mi presencia les irritaba, pero esto era definitivamente demasiado. No era ya ni necesario que lo dijeran, realmente me querían lejos de ellos.

Sintiendo la brisa helada del lugar recorrer mi cuello como un manto, me volteé, enfrentando de una vez la gran mansión que se hallaba esperándome. Era realmente antigua, eso se notaba a simple vista, pero tenía una arquitectura tétrica y tan llamativa que me atrevería a decir que era algo bonita.

 Era realmente antigua, eso se notaba a simple vista, pero tenía una arquitectura tétrica y tan llamativa que me atrevería a decir que era algo bonita

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Estaba rodeada de pinos a su al rededor, pero por lo que había visto en el viaje hasta este peculiar lugar, era una zona con mucha fauna y bosques.

Puse mis maletas al lado de la puerta y toque el timbre que estaba con polvo.

Honestamente, dudaba mucho que este fuese el único lugar en todo el pueblo en donde se arrendaban dormitorios, pero no ganaba nada quejándome. No hay que juzgar un libro por su portada, ¿cierto?

Toqué el timbre otra vez.

Una tercera vez.

Nadie me abrió.

Mire mi celular y me di cuenta que ya eran las 8:50 de la mañana. Si seguía más tiempo aquí esperando a que alguien apareciera, iba a llegar tarde al primer día de clases en la escuela a la cuál había sido transferida; y para ser honesta, preferiría ahorrarme esa situación.

Maldecí en voz baja y deje mis maletas al lado de la puerta. No creo que se las roben, la casa estaba algo alejada del pueblo.

Me fui corriendo al paradero más cercano y tomé el bus para llegar más rápido a la escuela. No había que investigar mucho, pues al ser un pequeño pueblo camino aquí el taxista me comentó que el bus pasaba por los lugares más importantes, entre ellos, la escuela.

Llegué justo cuando se escuchaba la campana sonando.

Corrí en busca de mi salón demorándome un poco en encontrarlo ya que claramente nunca había estado ahí antes. Le pedí ayuda a unos cuantos estudiantes y al llegar a la puerta de este, todas las miradas fueron a mí como si fuese lo más interesante que habían visto en mucho tiempo.

Aclaré mi garganta, seca tras haber corrido entre los pasillos nerviosamente.

— ¿Eres la chica transferida? —inquirió la profesora y asentí ligeramente cohibida—. Pasa y toma asiento, llegas justo a tiempo.

 VAMPIROS / ENHYPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora