21 Disculpas

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Narra Jake

Me senté al lado de Selene, pasando mis dedos por su cálido rostro con suavidad.

Yo no sentía cosas por ella, estaba seguro.

Sin embargo... había algo que me había comenzado a molestar hace algunos días. No entendía el porqué, pero no podía parar de pensar en el recuerdo de sus labios en mi mejilla.

Cada vez que lo recordaba me estremecía.
¿Por que no me lo podía quitar de la cabeza?
No lo entendía...

Si Layla estuviera aquí, se hubiera burlado de la forma en la que la contemplaba. Nunca he sido un chico que se deja llevar por su corazón o sus emociones, siempre he sido frío y arisco, pero al parecer, había un pequeño lado de mí que aún no conocía.

Era irreal, algunos dirían que Selene no era una belleza y tenían razón, por qué esta chica era arte.

Me posicione sobre ella, sintiéndome casi hipnotizado por su persona. Me comenzaba a preguntar como se sentiría besarla o incluso, morder su fino cuello.

Ese cuello que desprendía un aroma que me aturdía. Nunca antes me había sucedido algo así con alguien. Pasé mi lengua lentamente por mis colmillos, notando como estos comenzaban a crecer repentinamente.

Era extraño, no era común que la tentación fuese más fuerte y atractiva. ¿Lo peor? No quería detenerme; ella me ensimismaba completamente y sabía que ya no había vuelta atrás, pues ahora no existía nada más para mí que ella.

Me acerqué a su cuello el cual estaba a perfumado con su olor y rozando mis labios en el, clave mis colmillos suavemente, comenzando a sentir su sangre caliente entrar y recorrer mi boca.

Entonces, desperté de golpe.
Me llevé rápidamente las manos a mi boca la cual estaba completamente normal y suspiré completamente alterado.

— ¿Qué mierda? —Sentí miedo de mi mismo.
¿Por qué había soñado algo así?

— Que mierda, que mierda, que mierda. —repetí sin poder creer lo que había soñado.

Selene seguía durmiendo tranquilamente en la cama, a mi lado. Me mordí el labio nervioso y sacudí mi cabeza rápidamente.

Me estaba volviendo loco.

Me habían dejado a cargo para cuidarla y creó que mi mente me estaba poniendo a prueba horriblemente.

Me levante de la cama para irme a tomar un poco de aire y le di un último vistazo a Selene casi tropezando con mis pies al ver que tenía los ojos abiertos.

— ¿¡Selene!?

Esta se sentó en la cama rascándose la cabeza como si nada y posó su mirada sobre mí.

— ¿Qué día es hoy?

La quedé mirando con los ojos bien abiertos.
¿Acaso no sabía que llevaba durmiendo como un mes?

— ¿Estás bien? —preguntó y me demoré en asentir.

— Sí... Solo estoy sorprendido... —Aclaré mi garganta, sintiéndome completamente desfasado de aquel momento—. ¿Recuerdas algo?

— Perfectamente... —Sonrió—. Me alegra volver a verte. —Me abrazó de la nada apretándome contra ella y mi cara se empezó a contagiar de su calor.

— Eeh... yo también me alegro de que hayas despertado, Selene. —Me separé de ella cohibido, llegando hasta el otro extremo de la habitación.

 VAMPIROS / ENHYPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora