Sonrisitas Bang (ChanMin)

Veinte

Seungmin

Semana dos.

No hay rastros de que Chan desee hablarme.

Intenté hablar con el miles de veces pero siempre logra evitarme, ahora que ya no somos compañeros de banco todo es más difícil para mí.

Pero claro que no se ve para nada mal teniendo a todas esas chicas por fin con él.

No es como si nunca las hubiese rechazado, pero digamos que ahora sí está aprovechando el tener chicas y ahora sí que se ha convertido en un cazador de caritas bonitas.

En tan solo dos semanas.

Golpeé mí cabeza con fuerza en mí banco de madera, esto ya es habitual para Jungkook. Entrar en mis baches existenciales y tirar mí cabeza de repente a mí banco.

-- Seungmin, si sigues así seguramente saldrás con tu cráneo fracturado. -- Jungkook. De alguna forma su voz es tierna. Pero eso no quita el hecho de que no soporte las voces de otros.

Me encogí de hombros como siempre, y suspiré con pesadez mirando hacia la pared.

¿Por qué me pasaban estas cosas a mí? solo un idiota con muy poca suerte suceden estas cosas y.. ¡Bingo! ese idiota soy yo. Y no es como si me molestara tanto ver cómo todas aquellas chicas se ríen en mi puta cara.

Últimamente estoy siendo demasiado grosero, no se que pasa conmigo. Creo que además de ser un malhumorado del culo también soy un fracasado en el amor y en todo lo que empiece con relaciones sentimentales.

Miré hacia el frente y como no, Chan entrando como si fuera de la realeza, tan solo falta que alguien ponga algo de música las veces que hace esas entradas de película. Todos detrás de él.

De cierta forma me duele verlo.

Porque entonces, ese beso no significó nada, y todo lo que me ha dicho tampoco, solo estaba jugando conmigo y esperando el momento en el que yo quedara enganchado como una media con él.

Tragué mí nudo en la garganta y me concentre en mí cuaderno, sus hojas estaban blancas y vacías.

Tan vacías como lo que estoy sintiendo en estos momentos un intenso vacío emocional, que parece no querer llenarse con nada.

Jungkook siempre me mira con preocupación, ya que siempre me ve tan apagado, y no es que antes fuese así, digamos que sí. Estoy en la mierda.

-- Seungmin, se que no somos muy cercanos, pero no soporto verte así. -- Murmuró el de pelos rubios. -- Si nadie te lo dijo entonces te lo digo yo, te ves en la mierda, Seungmin. -- Soltó de repente y yo reí con amargura.

Ya debería estar acostumbrado a estas mierdas, ni si quiera el anónimo me habla ahora, he sido un juguete para cada persona que logra tocar mí corazón de alguna forma.

Y no puedo soportarlo más. que no soy digno de que nadie me ame, y que tampoco soy digno de que seguramente un guapo chico me haya enviado chocolates cada día junto a mensajes que hacían mis días mejor de sobrellevar.

Sé que no soy digno de nada, y que debería aceptar que, estoy aquí solo para ser el juguete de las demás personas. Que debería acostumbrarme y dejar de ser un dramático de mierda.

Estoy aquí para que me usen.

Pero, ¿por qué duele tanto que exactamente el me haya usado?

Caí como un idiota.

Y no puedo creer que enserio haya logrado tanto... Sin ser nada.

Con unas simples sonrisas y con un beso que me arrepiento de haber correspondido.

Alzo mi mirada hacia Jungkook que me mira con una gran preocupación y le sonrío.

-- Todo está bien... tranquilo. -- Le sonreí cálidamente. Realmente no se si le dije eso a el o a mí mismo.

-- Seungmin tú..

Mis ojos se llenaron de lágrimas. Y mí garganta ardía, quería dejar salir el sollozo más grande de mí vida, pero recordé que estábamos en una clase en donde quizás nadie me ha visto.

Mordí mis labios con fuerza, y miré hacia mí cuaderno, algunas cuantas gotas mojaron este.

De repente sentí un abrazo, cálido, y reconfortante.

-- Todo estará bien Seungmin. Ya no llores. Verás, todo mejorará. Sea lo que esté pasando. Ya no llores, no somos demasiado cercanos, pero si necesitas desahogarte, hazlo aquí estoy. -- El me miró con comprensión, y yo solo negué con la cabeza.

No quería llenar de problemas a nadie más.

-- Se que esta escuela está infectada de puras mierdas caminantes, pero créeme, yo soy de esas mierdas comprensivas y en las que puedes confiar. No tengas miedo. -- Reí por aquel comentario y eso lo hizo sonreír. Me dió un pañuelo el cual recibí con cuidado, limpié cualquier rastro de mí llanto, y finalmente la campana sonó y los demás alumnos entraron a el salón.

Eres fuerte Seungmin.