Accidentally in Lust [Sakuatsu]

Bebé, me rindo

Resumen
"Mierda, um, no me quedan condones".

...

¿Puedo chupártela?

¿He oído bien???? ¿Estoy perdiendo la cabeza? ¿Desde cuándo Omi ha estado interesado en chuparme la polla?

Atsumu sintió como si se hubiera tragado todo un caleidoscopio de mariposas, todas ellas revoloteando ahora en su interior, protestando, exigiendo que las dejara salir en forma de palabras que el rubio sabía que no podía decir.

Puedes hacer lo que quieras conmigo y más.

"S-sí", consiguió tartamudear Atsumu en su lugar, como el idiota que era.

Atsumu pudo sentir la sonrisa de Kiyoomi contra su piel, contento con su respuesta por muy inoportuna que fuera. El atacante empezó a seguir con la boca la misma línea que sus ojos habían dibujado en el cuerpo de Atsumu aquella noche, un mapa del tesoro que estaba destinado a llevar a Sakusa y a Atsumu a la euforia. Atsumu abrió más las piernas con cada beso caliente en su estómago. Los escalofríos recorrieron la extensión de su piel mientras veía a Kiyoomi trazar su rastro de felicidad, hasta que verle jugar con la cintura de sus calzoncillos entre los dientes fue demasiado para Atsumu y tuvo que echar la cabeza hacia atrás, con un brazo sobre la cara. Maldita sea, Atsumu ni siquiera se puso tan nervioso la primera vez que su ex novia se la chupó cuando aún era virgen.

Sakusa apenas había empezado a chupársela y ya sentía que se iba a incendiar. Atsumu sabía que estaba vergonzosamente duro, mucho más duro de lo que debería estar sin haber sido tocado directamente ni una sola vez. Atsumu podía sentir el resbalón en la punta de su polla por debajo de la tela y dejó escapar un fuerte gemido cuando Kiyoomi le quitó la ropa interior sólo con su boca. La erección del rubio rebotó libre y levantó las caderas automáticamente para facilitar que Sakusa la deslizara más abajo hasta unirse al resto de su ropa detrás de su sofá. Allí estaba, completamente desnudo, con la polla goteando, dispuesto como si fuera el postre de la comida que acababan de hacer.

"Oye, me gusta el público, ya sabes". La voz de Kiyoomi se derramó sobre él como miel, dulce y seductora.

"O-oh sí," Atsumu simplemente volvió a tartamudear, soltando una respiración que no se dio cuenta de que estaba conteniendo y retiró el codo de su vista para mirar hacia abajo frente a él. Esto era tan increíble. Sakusa Kiyoomi estaba de rodillas con la cabeza de la polla de Atsumu clavada en su mejilla, manchando su piel de porcelana con su perlado presemen. Era suficiente para que Atsumu se volviera jodido tonto. ¿Es esto una zona nublada?

Y entonces, sin dudarlo, una vez que supo que Atsumu lo estaba mirando, Kiyoomi se tragó toda su longitud en un movimiento fluido. El rubio dejó escapar un gemido estrangulado ante el repentino calor húmedo que rodeaba su polla. Sus muslos se flexionaron por instinto y sus ojos se pusieron en blanco, agitando las pestañas. Su mano subió para agarrar el pelo rizado de Sakusa mientras el hombre más alto subía y bajaba, haciendo girar su lengua en todos los puntos favoritos de Atsumu.

"Ugnnnnnnh mierda Omi-kun". Cómo es que es tan jodidamente bueno en esto, maldito Jesucristo. "Se siente bien".

Sakusa gimió en respuesta a los elogios, las vibraciones de su garganta hicieron que Atsumu moviera sus caderas. Y Kiyoomi le dejó follar en su boca de esa manera. Acompañó perfectamente los empujes de Atsumu, de modo que cada vez que Sakusa bajaba, la punta de su polla rozaba la parte posterior de su garganta. Kiyoomi apretó ligeramente las bolas de Atsumu al mismo tiempo, enviándolo hacia el borde del orgasmo a una velocidad alarmante.

"¡Espera! Me voy a correr si sigues así". Sakusa finalmente cedió y dejó de chuparle la vida con un pequeño 'pop'. Sonrió mientras se limpiaba la boca con el dorso de la mano, Kiyoomi sabía que tenía habilidades para chupar pollas de primer nivel. Era uno de sus talentos más ocultos. Lástima que la mayor parte del tiempo no le gustara practicar sexo oral. Pero por Atsumu... por Atsumu probablemente saltaría a un volcán en este momento si pensara que eso haría feliz al rubio.