1.El sentido de la vida

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Era una mañana nublada de un lunes 23, uno de esos días que prefieres no levantarte... Llegué a clase antes de tiempo, puse mi mochila en el suelo y me senté en la última silla de la última fila del lado izquierdo de la clase, miré hacia los lados no había nadie solo se oía el tic-tac de ese reloj que juraría, cuenta hacia atrás. Saqué un libro. 'Romeo y Julieta' de William Shakespeare. Libros, ellos me sacaban de monótona vida en la que los amigos y la felicidad no existían...

Estaba leyendo pero la vista se desviaba hacia el pasillo. Con facilidad podía ver a la gente correr de un lado a otro, haciendo tonterías y sonriendo, sonrisas falsas, pero fin y al cabo sonrisas. La gente comenzó a entrar en clase con el profesor formando gran estruendo, cerré mi libro con mala gana y lo puse en la esquina de mi mesa y saqué mi cuaderno para tomar apuntes. Se podría decir que los lunes tenían algo bueno: filosofía y Don Adolfo, él podía transmitir todo lo que los grandes filósofos dejando sus libros sobre la mesa.

Tomaba apuntes, callada, solitaria y desapercibida hasta que Don Adolfo casi al final de la clase dijo algo que no me esperaba: '' ¿Quién sabría decirme cuál es el sentido de la vida, es decir, por qué estamos aquí, para qué estamos aquí, qué es la vida en si misma?''

En menos de un nanosegundo Naira, la chica gótica de la segunda fila se levantó y sin pedir la palabra contestó: 'El sentido de la vida es morir, vivimos y morimos no hay otra explicación. La vida es la muerte. A continuación se sentó. Don Adolfo quedó dubitativo y añadió: ''Un argumento un tanto especial ¿Alguien tiene algo que objetar?'', todos mis compañeros en los que me incluyo miraron a un lado y a otro esperando a que alguien se levantara, cuando sin previo aviso eché mi silla hacia atrás en consecuencia, un ruido excesivamente molesto llenó el aire haciendo de que todos me miraran de mala manera. Nunca habría esperado hacer esto, pero lo hice, por una vez no pensé en el que pasará, por una vez solo dije lo que pensaba, por una vez me sentía observada y el centro de atención y solo dije cuatro palabras: No estoy de acuerdo. Seguidamente me senté, todos me miraban esperando que siguiera hablando, y lo hice, al fin y al cabo yo me había metido es este lío. En voz baja justifiqué mi respuesta:

'La vida son momentos, malos y buenos pero al fin y al cabo momentos. Es cierto que nacemos y morimos, pero ¿es que no crecemos? ¿No aprendemos de nuestros errores?. La vida no es morir si no vivir. Respecto al sentido de la vida, hay que decir que no tiene un sentido explicito, un sentido literal, no puedes ir a un diccionario y que te ponga '' el sentido de la vida: se dice de... ''no .Nadie sabe el sentido de la vida a pesar de que muchos filósofos lo han estudiado y pensado sobre eso, nadie lo sabe, ni usted, ni Naira, ni Wikipedia, ni yo siquiera, ningún gran filósofo ha descifrado el sentido de la vida, pero eso es lo bueno ¿no?, el misterio del por qué estamos aquí, el quién nos puso aquí y como. Nos justificamos con la religión, con Dios, con Buda, con cualquier creencia, pero en el fondo queremos datos fechas , queremos saberlo todo, y eso es una mala idea. Pero sin embargo nosotros tenemos el poder de dar sentido a nuestra existencia, de hacer feliz a otra persona, de dejar una 'huella' en el mundo, nosotros no podemos ver que tenemos algo muy codiciado en nuestras manos, la vida. Nos concedieron la ventaja o desventaja de vivir una vida, cosa que no aprovechamos. Y, si este discurso no os ha convencido, si esto no le convence, le digo que el sentido de la vida, el sentido de nuestra vida es encontrarle sentido a la dicha. Ese es nuestro único cometido aquí. Así es como yo lo veo.'

Casi sin respiración me senté totalmente agitada y antes de que pudiera volver a poner mi silla bien, escuche un aplauso, luego otro, y otro y seguidamente más. Y lo único que pude hacer fue sonreír y mirar hacia abajo, fijándome en los pequeños rasguños de mi mesa.

El timbre que anunciaba el cambio de clase sonó tres minutos después y salí de ahí con mi libro en mano. Tan enfrascada en la historia que no me fijé cuando alguien se acercó a mí y dijo: '¿Qué lees chica la vida es vivir no morir?'

Me pare y contesté con un inaudible 'Romeo y Julieta' y seguí mi paso sin saber por qué había contestado

'¿Enserio? ¿Esa ñoñería?'

Esto ya era personal ¿cómo se había metido con Shakespeare?

'¿Por casualidad te has parado a leer algún libro? ¿Por casualidad te has parado a leer esta maravilla? No es una historia de amor, es la mejor historia de amor de la historia, termina mal, como todas o casi todas las historias de amor. Cuando leas algo vienes y me cuentas'

Él solo rio y dijo: 'Oh Julieta ¿me dejas ser tu Romeo?'

Me gustaría decir que esto pasó realmente que como todo final feliz termina 'comiendo perdices' pero no fue así, no llegue a dar mi punto de vista sobre el sentido de la vida, me gustaría decir que todo eso fue real y no que ahora mismo estoy de pie mientras todos piensan el porque me he levantado y porque no contesto. Podría decir mi discurso, podría, pero no lo hago, me siento y sigo mirando mi mesa mientras todos me miran de forma extraña y algunos otros ríen. Y después de cinco horas y un recreo termina otro día de mi vida, de mi monótona vida, a la que sigo esperando encontrarle el sentido.

MicrorrelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora