Un día te vi volar sobre mi cabeza con tu belleza celestial...
Un día me partiste la cara al demostrarme que eras más que una cara bonita...
Un día, me besaste tan sinceramente, que mis corazones se derritieron por una diosa...
Un día, te mire muert...
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Un día... Sentí un tacto frío sobre mi frente, gotas de agua resbalándose sobre mi piel, un tacto dulce sobre mi mejilla acalorada y solo para finalizar; la sensación de algo de agua fresca en mis labios. Un toque de seda tan fino como las ropas de las diosas y una respiración tranquila como un humano tras sobrevivir a la guerra.
—Despertaste — parpadee un par de veces al escuchar aquella voz de terciopelo llegar a mis odios y volteé mi cabeza, fue entonces que la vi...
Su cabello plata recogido de forma casi forzosa, una sonrisa de ternura, un flequillo que cubría su cabello derecho pero lo que más pude notar me dejo pasmado. Un golpe de color morado que le quitaba a tu bella palidez su celestial brillo.
