Un día te vi volar sobre mi cabeza con tu belleza celestial...
Un día me partiste la cara al demostrarme que eras más que una cara bonita...
Un día, me besaste tan sinceramente, que mis corazones se derritieron por una diosa...
Un día, te mire muert...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Elizabeth hija. Ven, tenemos una visita—
—Ya voy madre—la adorable jovencita entró a la casa con la flor azul que llevaba en el cabello haciéndola ver más celestial y luego se quedó con la boca casi abierta al ver a el joven rubio que la miraba con una sonrisa. Una sonrisa que nadie me había dedicado y una mirada de ojos verdes burlescos pero con algo oculto. El color rosado no se hizo de esperar en sus mejillas encantando a el blondo que solo dulcifico su mirada
—Un gusto señorita, soy meliodas—
—Elizabeth —chocaron manos como cualquier persona normal al conocerse logrando que la electricidad pasara por sus cuerpos en una conexión eterna
*
Un día volví a encontrarte, con la certeza de que no iba a dejarte ir ni aunque pasáramos más de 3000 años en este círculo sin fin. Te iba a liberar, dejaremos de sufrir y viviremos esa vida que siempre quisimos
