Llegamos prácticamente corriendo, aún que mentiría si dijera que no ocupamos algunos métodos para llegar más rápido.
Y si, por metodos me refiero a portales.
—¡Verónica Giljeas!
Una chica cerca de nosotras empezó a caminar, Any y yo decidimos estar de espectadoras un rato más ya que no sabíamos que estaban haciendo. Buscamos a las demás, pero no las encontramos dentro de nuestro campo de visión.
—¡Nessa Quim! —hablaron por el micrófono.
Mi mejor amiga volteó a verme y yo también, nuestros ojos mostraban confusión total. De pronto se armó un desastre dentro de lugar, entre murmullos y ojos volteando a todos lados.
—¡Nessa Quim!
Any me empujó con la mano para que caminará, pero no quise hacerlo, me puse lo más dura que pude. Yo creo que nuestros actos nos delataron por completo ya que un chico rubio se acercó a mi.
—Tienes que subir a la tarima —indicó—. Estas en el grupo seis.
Lo miré con duda pero el chico me sonrió mientras indicaba a donde debería de subir. Sin más, solo le dediqué un vistazo a Any mientras empezaba a caminar.
Al llegar a la tarima una señora de cabello cenizo me dio una sonrisa y me agrupe con los demás chicos que se encontraban ahí.
—¡Jera Nodrim!
Con ese grito, el chico que hace unos momentos me había ayudado con mi desorientación subió tranquilo a la tarima.
—Y con eso se cierra el sexto grupo —avisó—. El séptimo grupo se conformará por...
Ya no pudimos escuchar más, ya que una chica un par de años mayor que nosotros nos empezó a guiar hacia un cuarto separado del aula principal.
Empecé a caminar sola, ya que no conocía a absolutamente nadie de este grupo, éramos entre quince y veinte personas pero entre ellas no se encontraban ninguna de mis amigas. Mientras caminaba la pelirroja que venía al frente explicaba.
—No pretendo presentarme porque no saben pronunciar mi nombre y detesto mi apellido, —avisó tajante— así que solo díganme discípula de Atena. Yo seré su tutora mientras ustedes no tengan fraternidad propia, si hacen algo que no me guste les voy a sacar un ojo, ¿entendido?
La mayoría asintió confundidos mientras algunos otros se quedaban callados.
—Están divididos en grupos y estos grupos serán como sus familias, ya saben, hasta que no tengan fraternidad —hizo énfasis en lo último, supongo que a ella también le cansaba.
Llegamos a un cuarto con una puerta de metal, la chica sacó un identificación y después otra tarjeta, deslizó ambas por un aparato pegado a la pared, haciendo que se abriera. El cuarto era completamente blanco y estaba vacío, nadie se atrevió a meter un pie encima.
—Este cuarto es para los discípulos de Apolo, su primera prueba —dijo ella y de la nada dos chicos aparecieron, entre ellos Kyn—. Ellos los guiarán en esta prueba, yo me quedaré afuera.
Y sin más, la que se disponía que sería nuestra nueva tutora quedo fuera de ese sitió. Kyn y el otro chico que aún no conocía vestían con un pantalón blanco una especie de bata color amarillo pálido. Empezamos a adentrarnos al cuarto mientras ellos empezaban con el conteo y pase de lista.
Al final nos dividieron en dos grupos, el que era novio de Camil puso a su grupo de lado izquierdo, al parecer ellos empezarían con la medicina y salvar personas, ya después nos tocaría a nosotros.
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Epifanía | La Descendencia Oscura
FantasyEpifanía. Un momento de sorpresiva revelación. •Obra en proceso• Inicio: 22/agosto/ 21