—¿Cómo te fue? ¿Besaba bien la pelirroja? —de inmediato cuestionó.
Me había encontrado a Jera cuando estaba saliendo del segundo piso, estaba sentado en una de las bancas del comedor con un paquete de nuggets y papas fritas a un lado y otro de pasta para él.
—No la besé, deberías controlar tus hormonas —le dije comiendo un nugget—, pero todo bien, bastante fácil.
—Intenta conseguirme una cita o una follada, lo que sea es bueno, así se controlan.
Negué riendo, este chico era muy sincero.
—¿Podemos sentarnos? —preguntó alguien a mi lado, esa voz...
—Claro, claro —aceptó Jera.
Yo solo me limité a regalarle una sonrisa forzada, ¿que diablos hacía mi hermano aquí? Y peor aún, estaba con Navil.
Valder tomó un puñado de papas fritas que estaban en mi charola y las agregó a la suya, tenía una hamburguesa con ensalada.
—¿Por qué no pediste papas? —pregunté molesta.
—Tiene que controlar el consumo de sal y grasas, el señor Cut está a cargo este mes. —contestó Navil por él.
Joder, el perfecto y guapo señor Cut.
El señor Cut fue discípulo de Ares hace un par de años, era un amigo de mi padre, tenía aproximadamente unos cuarenta años de edad, no tenía esposa ni hijos, pero estaba en una forma espectacular. A principios de mes se les asignaba a cada ex-estudiante con mejor desempeño académico su fraternidad para cuidar de los primerizos.
Mi madre estaría el mes entrante y mi padre llegaría a finales del curso, no podía decir que eso era una fortuna, porque siempre eran exigente en él desempeño y tenía miedo de quedar en su fraternidad de alguno.
—¿Eres discípulo de Ares? —cuestionó Jera y él asintió— ¿es muy necesario estar en forma?
—Si, la condición nos ayuda a la hora pelear.
Escuché entretenida la nueva conversación que nació de mi hermano y mi nuevo amigo mientras comía, estaba tan centrada en ello que no me di cuenta que estaban cuestionandome algo.
—¿Entonces? —me miró mi hermano en busca de respuesta.
Mis ojos viajaron de Valder a Jera y de Jera a Navil. Todos estaban esperando que contestará a algo que no había ni escuchado.
—Perdón, no escuche bien —murmuré—. ¿Qué pasó?
—Tu fraternidad —reiteró mi hermano— ¿ya sabes a dónde quieres ir?
Negué con la cabeza.
—Deja de abrumarla Val, debe de estar muy cansada con las pruebas —defendió Navil.
En cuanto oí que me ayudó, Jera volteó a verme de inmediato jugando con sus cejas, mi nuevo amigo ya sabía casi toda mi vida amorosa fallida, así que sus burlas ya se veían próximas.
—Yo pienso que servir a Hades podría ser lo mío —intervino Jera—, ¿son complicadas las pruebas?
—Depende de que tan fuerte seas en el tema de la muerte —explicó el moreno— para mi fue la decisión más difícil de mi vida, por algo no quede allí.
Todos soltamos una risa, yo de nervios y los demás supongo que por el chiste, el ambiente no se había tornado tan tenso como pensé, hasta empezaba a ser agradable.
Me levanté avisando que iría a tirar la basura de mi charola, Jera me encargo tirar lo suyo pero Navil tomo la basura de los otros dos chicos para acompañarme.
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Epifanía | La Descendencia Oscura
FantasiaEpifanía. Un momento de sorpresiva revelación. •Obra en proceso• Inicio: 22/agosto/ 21