Deseos peligrosos (+18)

Capitulo 10

Maratón Evans 3/3.

Dicen que el primer amor es aquel que te enseña lo que es amar, lo que es arriesgarse por una persona, lo que es depender emocionalmente de dicha persona pero, también es ese amor que te destruye. Es ese que te deja al borde del precipicio del cual piensas que solo lanzarte es la única solución.

Alessandra es ese amor, me destruye pero por más que quiero alejarme no puedo, le hice una promesa su padre antes de morir y pienso cumplirla hasta el día de mi muerte.

Estaciono el auto en el estacionamiento del único lugar que sé que me hará sentir mejor.

El gran letrero iluminado con luces rojas me traen amargos y dulces recuerdo de lo bien que la pase en este lugar.

El portero ya me conoce por eso ni se inmuta en dejarme entrar. El olor a alcohol, sexo y sustancias ilegales hacen que respire hondo y sonría cuando una prostituta se me acerca restregándome sus pechos en el rostro.


--Te ofrezco algo de beber lindura. -Me sonríe con coquetería mientras su dedo sube y baja por mi brazo izquierdo.

Con descaro le miro sus pechos firmes y redondos antes de negar con la cabeza y adentrarme al club.


En la misma mesa de siempre se encuentras mis colegas los cuales no tardan en demostrar su sorpresa al verme.


--Pero mira quien aprecio después de abandonarnos hace años. -Mario uno de mis colegas se levanta de su lugar y me estrecha en un abrazo varonil.


--No los abandones pendejo. -Le doy un zape haciéndolo reír.


--Claro. -Este rueda los ojos antes de volver a su lugar.

--Decidiste abandonarnos por un coño. -Chasquea la lengua dándome a entender que esta borracho y algo más.

Saludo a los demás colegas antes de dejarme caer en el sofá junto a ellos.

En el centro de la mesa reposan las botellas de licor vacías y las breves líneas de cocaína hace el comportamiento de mis amigos lógico.



--Aún siguen con esta mierda. -Señalo el polvo blanco en la mesa.

--Vamos hermano, diviértete un poco. -Observo a mi amigo y hago una mueca de asco cuando toma del cuello a una prostituta para comenzar a besarla.

Los recuerdos de Alessandra besando al imbécil que la tenía secuestrada me atormenta haciendo que el pecho se me estruje.

--¿Qué tal esta tu puta Evans?-Cuestiona Mario cuando ya ha dejado de meterle la lengua hasta la laringe a la prostituta.

--No es mi puta y te prohíbo que la llames así de nuevo. -Amenazo.


--Valla hermano relájate. -Alza las manos en un gesto de paz.

Resoplo encogiéndome de los hombros.

--Cariño por que no vas por unas bebidas y de paso invitas a unas cuantas de tus amigas para que le bajen la tensión a don gruñón. -La chica asiente antes de levantarse de sus piernas e ir por las bebidas.



No vuelvas hacerlo ¿ok?

Los amigos no se besan.

Estoy cansado de ser la segunda opción , estoy cansado de amor sin ser correspondido, estoy cansado de que que me vean la cara de estúpido.

A la mierda Alessandra y a la mierda este jodido sentimiento.


Me acerco a la mesa y tomando un pitillo absorbo una línea de coca, el alucinógeno actúa de inmediato y sonrió bajo los efectos de la coca.

--¡¿Dónde están mis putas?! -Grito alegre.

La chica de mi amigo llega con las bebidas y junto a ella dos chicas quienes me sonríen como si vieran a un semi Dios.

Una de ella se posa a mi lado mientras la otra me sirve un trago dejándolo en el borde de la mesa antes posicionarse encima de esta y comenzar a masturbarse.


La agilidad con la que mueve los dedos en su interior manda descargas eléctricas a mi miembro, mi dureza se agranda cuando por su rostro no pasa ni una pizca de vergüenza.

La chica me sonríe en medios de jadeos antes de tomar mi mano izquierda y dirigirla hacia su sexo.

Lo humedad que esta solo hace que mi miembro quiera reventar dentro de mis pantalones. Con delicadeza uno de mis dedos se posa en su clítoris, estimulándola y llevándola al borde.

La chica sonríe antes de volver a acomodar su ropa y sentarse en mis piernas.

Agradezco que estemos en un área privada porque de no ser así la atención de las personas estuviera puesta en nosotros.

De un solo sorbo termino mi trago antes de tomar la mano de las dos chicas y dirigirme a una de las antiguas habitaciones que usaba en este lugar.

Tomados de las manos subimos la escaleras de cristal para atravesar el largo pasillo que nos deja frente a la puerta donde dentro de esta sucedieron muchas cosas.

Aún conservo una copia de la llave de la recamara.

Al entrar los recuerdos me recorren mientras sonrió bajo los efectos del alucinógeno.

--Quiero que la beses. -Le ordeno a la chica.

Esta asiente antes de tomar a su amiga del brazo y chocar sus labios con los de ella. Sus lenguas se mueven con destreza mientras en conjunto nos comenzamos a desvestir.


En medio de besos la conduzco hacia la cama donde caemos los tres entre risas.

--Quiero que le chupes el coño a tu amiga. - Ordenó tomando mi miembro y comenzando a masajearlo.

La chica acata mis órdenes posicionándose entre las piernas de la chica quien gimotea al sentir el toque de su lengua sobre su sexo.

--Si, así, buena chica.- Gime su amiga apartándole el cabello de la cara.

Observo la escena lujurioso mientras la cabeza de mi miembro brilla deseoso de enterrarse en la vagina de la chica que se retuerce sobre la cama bajo el tacto de las lengüetadas que otra chica le esta propinando.

--Basta. -Su amiga se detiene. -Aún no quiero que se corra.

Mi miembro está a punto de estallar y jadeo cuando una de la chica lo toma y se lo introduce en la boca mientras la otra me masajea los testículos a la misma vez que me besa dejándome saborear el sabor del coño de su amiga.


Es hora de tomar el control de la situación.


Alejo la boca de la chica de mi miembro y de un solo movimiento la dejo debajo de mi cuerpo, le ordeno a su amiga recostarse al lado, quiero que observe como penetro a su amiga.


Del bolsillo de mis pantalones tomo el condón y después de rasgarlo con mis dientes lo deslizo sobre mi pene.

--Joder. -Jadeo penetrando a la chica.

Balanceo mis caderas adentrándome hasta al fondo y ¡joder! Esto se siente tan bien.

Coordino mis movimientos haciendo que la chica se retuerza extasiada mientras tanto su amiga se prende de su boca a la vez que le masajea las tetas haciendo que sus gemidos resuenen por toda la habitación.

El momento es único y me pregunto por qué no había hecho esto antes.

Mi miembro se agranda dentro de la vagina de la chica cuando su amiga se aleja y se deja caer en la cama con las piernas abiertas a la vez que sus dedos recorren la hondura de su sexo aumentando su humedad.

Aumento las penetraciones cuando ella deja caer su cabeza hacia atrás y hunde uno de sus dedos en su interior penetrándose por si misma.

Sujeto la cadera de su amiga penetrándola con fuerza.


--Ahh, si, así, más fuerte cariño. -Sus peticiones son melodías para mis oídos.

Yo también quiero tocarla.

La chica me mira con sorpresa cuando de mis manos libres toca su clítoris, hago movimientos circulares y jadeo al sentir lo húmeda y excitada que esta.

Mis movimientos se vuelven torpes y sé que estoy a punto de terminar pero no puedo hacerlo yo solo.

Con uno de mis dedos penetro a la chica mientras que con mi miembro bombeo con fuerza la vagina de su amiga.

La chica se viene sobre mis dedos y regalándole una sonrisa retiro mi mano de su interior y con el mismo dedo que con que la penetre, le ordeno a su amiga abrir la boca y chuparlo.

Bajo la mirada de ambas me corro arrastrando a la otra chica conmigo.

Me agacho y la beso a ambas. Retiro el condón de mi miembro y encaminándome hacia el baño me deshago de él.

Me doy una breve ducha y cuando salgo del cuarto del baño la chica ya se han cambiado pero algo es diferente.


El miedo en su cara me lo confirman cuando observo a un tipo apuntándole con un arma.

Me encuentro desarmado y sin nada por hacer.


--Dile a tu jefa que nos volveremos a ver en el infierno.


No entiendo nada de esta mierda, sin embargo maldigo cuando tres impacto de baja me atraviesan en pecho.

Nota de la autora:

No tengo nada por decir <3.

Solo que disfruten el capítulo 😂.